REGRESO. Niños y padres de acogida sobre una de las cajas. / S. S.
SAN FERNANDO

Adiós a las 'Vacaciones en Paz'

Los niños saharauis vuelven a su país tras dos meses en casas de acogida Un camión se dirige ya hacia el Sahara con todo tipo de regalos y útiles

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El proyecto Vacaciones en Paz ha llegado a su fin. Los niños saharauis que han pasado los meses de verano en San Fernando se dirigen ya a su pais de origen. Allí serán la envidia de todos, no sólo por los 2 meses que han pasado con unas comodidades que nunca habrían imaginado, también porque sus padres de acogida les han enviado en un camión que ya se dirige hacia el Sahara 39 cajas, una por cada niño, con regalos y utensilios. Tendrá ahora que superar la vuelta a casa con la alegría de volver a sus hogares y con la tristeza de dejar una vida que les resulta sorprendente. El agua es sin duda una de las mayores carencias de su tierra y cuando llegan aquí es el primero de sus regalos. Loli Rodríguez y José Antonio Galea, son madre e hijo, cada uno tiene un niño en casa, Macmud y Mohamed. Cuentan como, aunque es la segunda vez que los acogen «los primeros días se quedaron alucinados con la luz y el agua. Se dedicaban a abrir y cerrar el grifo y a darle al interruptor». «La playa es el Sahara con agua» explicaba Macmud.

Para Loli la despedida es mucho más triste, ha estado con Mahamed de 8 años, 14 meses porque tuvo que ser sometido a una operación. Este es el caso de muchos otros niños, que esperan volver para una mayor estancia. Para Laura Luna esta ha sido su primera experiencia y piensa volver a repetirla. «Es una experiencia bonita pero a la vez triste porque se va. Vamos a traerlo todos los veranos hasta que cumpla los 12, entonces acogeremos a su hermana, que tiene ahora 2 años».

Vínculo

Los niños saharauis se van y en sus casas de acogida ya resuena el silencio de su ausencia. La mayoría de los isleños que han formado parte del proyecto Vacaciones en Paz, tiene claro que no van a esperar hasta el año que viene para verlos de nuevo. En febrero realizarán un viaje al Sahara para prestarles toda la ayuda posible.

«El vínculo que se crea es muy bonito y ver con lo poco que les haces feliz es una experiencia inexplicable», explicó Manuel García, Presidente de Amigos del Pueblo Saharaui.