SOBRESALIENTE. Perera dejó claro por qué manda este año. /AFP
Cultura

Éxito de todos

Las Corridas Generales han vuelto a ser el mejor manifiesto de un anhelo permanenete en la fiesta: la seriedad del toro y el celo de los toreros

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Las Corridas Generales de la Aste Nagusia o Semana Grande de Bilbao que acaban de finalizar, un año más han vuelto a ser el mejor manifiesto de un anhelo permanente en la Fiesta: la seriedad del toro y el celo de los toreros. Un éxito de sus principales protagonistas, ganaderos y toreros, que naturalmente también comparten la organización y, cómo no, el público y la afición, que al fin y al cabo son la gran excusa del tinglado taurino, los principales y únicos destinatarios del trabajo y la vocación de todos.

Tal es el Bilbao taurino que, unas veces con mejores resultados que otros, se proyecta cada año como ejemplo a otras poblaciones y ciudades de la inmensa piel de toro, la España que busca su identidad popular al arraigo de sus costumbres, y más concretamente de una tradición que se hace cultura a través del toro bravo, eje principal del espectáculo.

¿A ver qué ayuntamiento o institución con responsabilidad sobre el ocio y la diversión colectiva de sus ciudadanos no está comprometida con la tarea de dar o facilitar toros? Bilbao lo hace de una manera impecable, con exquisitez y solemnidad, y no sólo en la plaza, también en los foros y debates que proliferan en Semana Grande por toda la ciudad, en escenarios que facilitan entidades como bancos y cajas de ahorro, que rivalizan en patrocinio de coloquios, unas veces con sello propio como el de Caja Duero y otras por medio de clubes tan reconocidos como el Taurino o el Cocherito, y no se diga los hoteles cuya apuesta por la tauromaquia viene de largo, expresada también en encuentros y jornadas especializadas con exposiciones y hasta muestras gastronómicas.

Lo que más defraudó fueron las corridas de La Quinta, por vacía de contenido; Núñez del Cuvillo, por idéntica razón; y la incompleta de Torrealta, tan apreciada en esta tierra, igualmente decepcionante por presencia y juego. De las tres habrán tomado nota la Junta y la gerencia para darle vacaciones el próximo año.

Fuente Ymbro, que venía por primera vez a las Corridas Generales, y lo hizo con un encierro impecable en todo; buena nota también para El Ventorrillo, Jandilla, Torrestrella y Victorino Martín, y hasta la de rejones de Fermín Bohórquez tuvo calidad en todo.

En el podium de los toreros, Ponce cumplió una actuación magistral y Perera dejó claro por qué manda este año. Los dos, en un hipotético escalón superior.

Muy notables actuaciones las del valeroso y maestro Fundi y del sorprendente Urdiales que a pesar de su poco oficio está toreando muy despacio y con mucha clase. Los dos, triunfadores en la victorinada.

Reconocimiento especial para Morante por su genial estilo, que llama la atención ahora también por la dosis de valor que le echa. Igualmente Manzanares dejó buena impronta de su toreo caro. Aunque ni uno ni otro tocaron pelo por fallar a espadas.

Trabajo y triunfo

Con toros a contra estilo El Juli no se rindió fácilmente, y al final se llevó una oreja de peso. Muy bien trabajado también el triunfo de un trofeo para Padilla. El Cid cuenta asimismo entre los buenos al cortar una oreja por faena de mando y exquisiteces a un toro de Jandilla que no fue malo, pero que en su manos pareció mejor. Y Gallo volvió a coger oxigeno para su esperanzadora carrera al arrancar un trofeo por un trasteo muy meritorio.

Los dos franceses, Castella y Bautista, igualitos, entre luces y sombras. Como Liria, que podía haberse despedido mejor. Fandi, con buenos toros , nada que no fueran banderillas y algo de capote. Otro tanto Ferrera. Y opacados por la buena corrida de Torrestrella, Antonio Barrera, Bolívar y Fandiño.

De lo rejoneadores estuvo cumbre Hermoso de Mendoza, mientras que Bohórquez y Hernández, sin hacer mal papel, no dijeron gran cosa.

Una feria de altura en muchas cosas. Y por eso también se nota tanto lo malo. Importante Bilbao.