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Sarkozy convoca una cumbre de la UE para forzar la salida de las tropas rusas

La negativa de Rusia a retirar completamente sus tropas de Georgia está haciendo que se caldee la situación a nivel internacional. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país ejerce durante el actual semestre la presidencia europea, ha convocado para el próximo 1 de septiembre en Bruselas una cumbre extraordinaria de jefes de estado de los veintisiete países miembros de la UE. Según el Elíseo, los puntos a tratar serán «la crisis en Georgia» y «el futuro de las relaciones con Rusia».

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Sarkozy telefoneó el sábado a su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, para meterle prisa con el repliegue de su Ejército de Georgia. Le pidió además que las tropas de paz rusas sean sustituidas por una fuerza internacional. Pero el servicio de prensa del Kremlin señaló después que lo más que Medvédev está dispuesto a admitir es la presencia de observadores desprovistos de armas.

Mientras se llega a un acuerdo que satisfaga a todos para acabar con la crisis en el Cáucaso, el presidente ucraniano, Víctor Yúshenko, pedía ayer una vez más que su país sea admitido cuanto antes en la OTAN. El líder ucraniano afirmó en relación con la intervención rusa en Georgia que «por primera vez en Europa desde el final de la guerra fría, hemos visto cómo tropas extranjeras invaden el territorio de un Estado soberano. Si permanecemos impasibles, la amenaza se cernirá sobre nuestro país y nuestros ciudadanos».

A juicio de Yúshenko, lo que sucede en Georgia «tendrá serias consecuencias geopolíticas para el mundo y obliga a revisar nuestras prioridades en materia de defensa para evitar sorpresas». Nacionalistas rusos y personajes destacados de la política como el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, han exigido la soberanía rusa sobre el puerto de Sebastopol (Crimea), en donde se encuentra la base de la flota del mar Negro.

Kiev y el Kremlin tienen firmado un acuerdo de arrendamiento de la base de Sebastopol que expira en 2017. Moscú desea prolongar su permanencia en Crimea, cuyos habitantes son mayoritariamente de origen ruso, pero Yúshenko ya ha dicho que después de 2017 no debe quedar ningún barco ruso en la península.