SATISFECHO. Catalán dice haber tenido suerte y está contento con la marcha de su hotel familiar. / T. B.
MANUEL CATALÁN CASAS PROPIETARIO DEL HOTEL LAS CANTERAS DE PUERTO REAL

«Puerto Real tiene que ser consciente de que no puede competir en playas»

El propietario de este hotel junto a Las Canteras anima a buscar otro turismo «La Junta sólo nos dio largas respecto a las ayudas económicas y nunca llegaron»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Manuel Catalán Casas es un puertorrealeño que empezó a trabajar en el campo, donde se crió, y luego en Astilleros, factoría en la que fue ayudante, soldador y gruísta. En 2002, y tras sufrir un accidente de tráfico, dejó el mundo de los barcos e inició su andadura en el gremio de la hostelería; primero abriendo un bar, que posteriormente dejó, para iniciar en 2004 la construcción del Hotel Las Canteras, derribando para ello un chalé de su propiedad. El nuevo establecimiento hotelero abrió sus puertas al público en 2006.

-¿Cuál fue el origen de la idea del Hotel Las Canteras?

-Me he criado y jugado mucho de niño en Las Canteras y cuando decidí abrir el hotel quise que llevara el nombre de un gran parque natural que está en frente del edificio y que todo el mundo conoce.

-¿Qué motivos le indujeron a dedicarse a la hostelería?

-Me ha gustado siempre mucho este negocio. Hace casi treinta años tuve un restaurante, que dejé porque empecé a trabajar en Astilleros y no podía atender ambas cosas. El local que tenía era arrendado y y tuve que dejarlo.

-¿Qué hace para atraer y promocionar este nuevo hotel?

- Al principio, realizamos varias campañas de publicidad y ahora estamos presentes en internet, pero la mejor propaganda es la que nos hacen los propios clientes, que de boca a boca recomiendan nuestras instalaciones. Son muchas las personas que vienen porque otras que han estado aquí les han hablado, tanto del hotel como del restaurante, al que llegan diciendo que le han dicho que damos muy bien de comer.

-¿Qué haría para mejorar la oferta turística de Puerto Real?

-De eso no entiendo mucho, esto es un pueblecito, las playas que existen no son de las mejores de la provincia y no podemos compararlas con las de otras ciudades cercanas como El Puerto de Santa María o Chiclana. No obstante, tenemos Las Canteras, que es muy visitada tanto en invierno como en verano. De todas formas, creo que las perspectivas de turismo van mejorando poco a poco y se va notando más movimiento de turistas y visitantes en la zona.

-¿Qué ocupación media registra su hotel y cuál es la temporada alta?

-El hotel está lleno prácticamente todo el año. Disponemos de 19 habitaciones y afortunadamente desde que abrimos están ocupadas al cien por cien. En agosto y septiembre no tenemos ninguna libre. Con el restaurante casi no podemos con el trabajo que tenemos. Otro aliciente es nuestra terraza con vistas al pinar y que en verano hay veces que estamos sirviendo copas hasta las tres de la madrugada. Hemos tenido mucha suerte y vamos muy bien.

-¿Cuál es el tipo de clientela que utiliza estas instalaciones?

-Nuestra clientela es variada. Ahora mismo lo que tenemos son turistas, pero en invierno nos visitan muchos representantes, técnicos y trabajadores. La crisis económica que existe en el país francamente no la notamos y eso que no hacemos ofertas, aunque tenemos una atención especial en el precio de la habitación para los trabajadores, ya que ellos no vienen a contemplar el paisaje.

-¿Cómo ve el turismo en la provincia?

-Creo que muchas ciudades de la Bahía han aprovechado muy bien sus playas para atraer el turismo. No así Puerto Real, porque sus playas son muy difíciles de mejorar y pierden en comparación con otras del entorno, pero sí se podría promocionar esta maravilla que tenemos del pinar de Las Canteras, que está algo abandonado.

-¿Ha recibido algún tipo de ayuda oficial o subvención para construir el hotel?

-Absolutamente nada. Estuvimos pendientes de unas ayudas económicas que daba la Junta de Andalucía, pero estuvieron dándonos largas para al final decirnos que no tenían dinero, que las subvenciones se las habían concedido a los grandes hoteles que hacían más cosas y generaban más riqueza y dinero.