TERTULIA. Los vecinos suelen reunirse en las puertas de la tienda Regalitos y la pescadería. / N. R.
CÁDIZ

El corazón comercial del barrio de Santa María

La Plaza de las Canastas se caracteriza por ser el centro de reunión de los vecinos y contar con numerosos comercios

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Bullicio, mucho bullicio es lo que caracteriza a esta singular plazoleta que funciona como centro comercial para los vecinos de Santa María del Mar.

Este conocido barrio de la capital se encuentra dividido en dos zonas. La parte alta, que comprende todos los edificios que se divisan desde las Puertas de Tierra y el Campo del Sur; y la zona baja, desde Plocia hasta la plaza de La Merced. Pues bien, la Plaza de las Canastas queda situada justo en el centro.

Mujeres cargadas con bolsas del supermercado, la chica sentada dentro de la tienda de todo a cien lee una revista, el pescadero pone la radio a todo volumen, en el banco se discute sobre el precio de la luz... esta es la estampa que uno puede encontrar en cualquier momento del día en las Canastas.

Comerciantes

Antiguamente esta plaza tenía otro nombre. Era la Plazuela Manuel Henríquez. Se sabe que tenía un taller donde se fabricaban canastas a mano; de ahí su actual nombre.

El estanco que preside uno de los laterales era un ultramarinos. También había un bar en lo que hoy es la pescadería y la frutería; y una vez hubo una churrería. Pero el pasado ha dado paso ineludiblemente al presente y el futuro más próximo tras la remodelación completa a la que está siendo sometida. El nuevo centro de salud de la Junta de Andalucía que se está construyendo se espera con impaciencia entre los vecinos y comerciantes de esta plaza.

Y es que no les falta de nada. La tienda de Débora Serrano ofrece todo tipo de artículos para el uso diario. Débora lleva en el barrio toda su vida, pero no fue hasta el pasado noviembre cuando decidió abrir su negocio y probar suerte. «Aquí estoy muy contenta porque todos me han acogido con mucho cariño desde el principio. Es muy fácil hacer amistades con ellos», afirma.

A su derecha se encuentra la pescadería de Camilo Fopiani. Él también se confiesa novato en el barrio, pero en tan sólo un año ha conseguido ganarse la simpatía del resto de comerciantes con su guasa y su salero. «Aquí siempre estamos de cachondeo», confiesa.

Sin duda, el negocio principal es el supermercado Super Cerka que, hasta hace poco, había sido del grupo Covirán. Allí coinciden todos los vecinos. Los más mayores compran sus víveres y se cargan con los carritos de la compra hasta el portal de su casa. «Gracias al supermercado nos evitamos ir hasta el mercado de abastos, que está muy lejos y hay mucha gente», explica Isabel, una vecina más.

Por último, la plaza alberga la carnicería de José Aznar. Él lleva 20 años trabajando en el barrio como carnicero. Al principio, estuvo empleado en el supermercado, pero más adelante consiguió independizarse y montar su propio negocio. «Es que aquí hay de todo, por eso somos el centro del barrio», explica.

Supermercado, carnicería, pescadería, frutería, estanco... la plaza de las Canastas es un verdadero «mercado chiquito». Además, cuentan con la ventaja de que Santa María es la zona donde los productos están más baratos después de comparar los precios en las tiendas de comestibles de la ciudad. Todo son ventajas.

Tertulias

«Somos como una familia, aquí hablamos de todo y nos ayudamos entre nosotros», afirma Débora Serrano mientras una buena parte de los vecinos se congregan alrededor de su comercio para enterarse de lo que estaba pasando y las noticias del día.

Sin darse uno cuenta, de repente, te encuentras sumergido en una de esas innumerables tertulias que se forman en la puerta de la pescadería. Todos tienen algo que decir. Uno de los temas más comentados son las obras que desde este invierno perturban la paz de los vecinos para construir el nuevo centro médico que sustituirá al emplazado en la Plaza de la Merced, a escasos metros de las Canastas

Inmersión profunda

La Semana Santa y el flamenco son dos atractivos turísticos que atraen a los visitantes hasta esta plazoleta.

La mayoría busca el mosaico de la Virgen del Buen Fin, cotitular de la cofradía de la Sentencia que todos los Miércoles Santo pasa tanto a la salida como a la recogida de la procesión.

Durante Semana Santa los mismos turistas se congregan en este mismo lugar para ver a la virgen.

Otro punto de interés es el Centro de Arte Flamenco de la plaza de La Merced. «Pero son turistas de botella de agua. Llegan, ven el barrio y no compran nada», comenta Camilo, el pescadero. «A mí sólo me compran algo de embutido y poco más», explica José, el carnicero, mientras atiende su negocio.

«Cuando el nuevo centro de salud esté listo el barrio cobrará más vida y atraeremos a más clientes ocasionales cuando vengan al médico». En esta idea coinciden todos los vecinos.