Soldados georgianos rinden el último homenaje a sus compañeros fallecidos. / EFE
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La OTAN congela las relaciones con Rusia

La Alianza deja en el aire todas las actividades que tenía concertadas con el Kremlin

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Los 26 miembros de la OTAN lanzaron ayer un nítido mensaje a Rusia ante su lento y dudoso repliegue de territorio georgiano. Los países integrados en la Alianza suscribieron una dura declaración en la que congelan sus relaciones con el Kremlin y dejan la puerta abierta a resoluciones de mayor envergadura en las próximas semanas. «Hemos determinado que no podemos continuar con la situación como solíamos», recoge el texto consensuado, en referencia a los fluidos contactos y reuniones que mantenían ambas partes en los últimos años. A juicio de la organización militar, las citas bilaterales no podrán retomarse hasta que los soldados de Moscú abandonen el país caucásico.

Aunque la OTAN ha seguido muy de cerca el desarrollo del conflicto, los países miembros no se reunieron de urgencia hasta ayer en Bruselas. En cualquier caso, el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, criticó con contundencia la actuación rusa poco después de que Moscú aceptara el alto el fuego hace una semana. Entonces, acusó al Kremlin de hacer «un uso excesivo de la fuerza» en su invasión de Georgia, un país aliado de Occidente que figura entre los candidatos a ingresar en la organización militar.

En el encuentro de ayer, las tesis de EE UU volvieron a imponerse y los aliados apostaron por imprimir una mayor presión a Rusia. La OTAN no sólo deja en el aire las reuniones con el Kremlin hasta que salgan de Georgia sino que además se están «considerando seriamente» las implicaciones que podría tener una mayor tozudez por parte rusa. Paralelamente, los aliados acordaron estrechar sus relaciones con Tiflis con la creación de un foro en el que estarán representadas ambas partes. Denominado Comisión OTAN-Georgia, el nuevo organismo permitirá consensuar posturas ágilmente y tendrá un funcionamiento similar al órgano que comparte la Alianza con Ucrania desde hace once años.

El nuevo eje OTAN-Tiflis también servirá para romper la política de bloques que, a juicio de EE UU, pretende recuperar Moscú. «No permitiremos que se trace una nueva línea en Europa», justificó la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en alusión a las intenciones rusas de dividir el continente entre países aliados y antiguos miembros del espacio soviético. En cuanto al más que tímido repliegue de las fuerzas del Kremlin, Rice instó al presidente ruso, Dmitri Medvédev, a «cumplir sus compromisos». «Invadir un pequeño país vecino, bombardear objetivos civiles, destruir infraestructuras esenciales... Eso es lo que aisla», agregó Rice al hablar de la situación en la que se encuentra Rusia. La perspectiva en Moscú, sin embargo, es que el Kremlin está poniendo a prueba a Europa y a EE UU intentando comprobar hasta dónde puede llegar en esta crisis.

Ataque a Poti

La retirada de las tropas rusas de Georgia se está realizando a paso de tortuga y en medio de un demoledor castigo contra infraestructuras civiles y militares. Mientras parece que la ciudad georgiana de Gori, situada a poco más de medio centenar de kilómetros de Tiflis, empezaba ayer a quedar liberada de blindados rusos, el puerto de Poti, en el oeste del país, volvía a ser invadido masivamente. Y ello pese a que el presidente ruso Dmitri Medvédev prometió en conversación telefónica a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que el repliegue se completará entre mañana y el viernes.

El número dos del Estado Mayor ruso, el general Anatoli Nogovitsin, justificó la lentitud con la que se están moviendo las unidades rusas aseverando que la situación es aún «complicada» debido a que el Ejército georgiano «no ha regresado todavía a sus cuarteles».