LA BOLSA

Cuando los espejismos desaparecen

El Ibex-35 sufrió la séptima mayor caída del año. El selectivo doméstico descendió un 2,93% y dio un último cambio en los 11.335,30 puntos. Según Banco Urquijo, si pierde los 11.320 puntos volverá a los mínimos del 15 de julio por debajo de los 11.000 puntos.

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Cuando no son los bancos, es la economía. Ayer, fallaron las dos cosas. El mercado sabe que la cosa está mal, pero, a veces, se autoengaña. Cuando los espejismos desaparecen, ocurre lo de ayer. Si el lunes los números rojos vinieron porque seguramente el Estado tendrá que salir al rescate de las mayores hipotecarias americanas y porque la morosidad en España se disparó, el martes, las malas noticias vinieron de Estados Unidos. Su mercado inmobiliario sigue sin recuperarse y los precios industriales volvieron a meter presión inflacionista a una economía endeble. Los bancos siguieron dando guerra. Le tocó a Lehman Brothers. Por eso, de nuevo, el sector financiero fue el más débil, junto con las constructoras. Aunque los grandes bancos no se colocaron entre los más castigados: BBVA cayó un 3,96% y el Santander, un 3,10%. Este último cerrará la compra de Alliance & Leicester el próximo 10 de octubre.

Sólo un sector intentó tirar del Ibex, aunque poco pudo hacer, con sólo dos de sus representantes en positivo: Iberdrola Renovables y Unión Fenosa. Pero, Iberdrola, pese a contar con una buena recomendación de Merrill Lynch cerró a la baja. Lo mismo le pasó a Telefónica, que pese al apoyo de Morgan Stanley cedió un 2,22%.