DUELO. Gasol tratará de frenar a su amigo Bryant. / REUTERS
Deportes/Mas-Deportes

España amenaza al 'Dream Team'

La selección de Aíto García Reneses necesita recuerrir a la jeraquía táctica de su juego colectivo para superar a los anárquicos estadounidenses

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aun con el riesgo de que pueda entenderse la siguiente afirmación como un modo de sacar las cosas de quicio, esta tarde se enfrentan dos formas de entender la vida. Por una parte, el individualismo salvaje de Norteamérica, perfectamente representado en doce atletas extraordinarios y -la mayoría- bien dotados de fundamentos técnicos que se resisten a entender el trabajo en común. Del otro bando, un equipo formado por muy buenos embajadores del baloncesto moderno que crecen al calor del grupo. Llega el partido más esperado, el de la NBA (Estados Unidos) frente a la mitad de ella (España). El duelo (16.15 h. TVE-1) ya está aquí, como el verano que decía la tonadilla estival. La prueba definitiva del algodón. A su paso se comprobará si es oro todo cuanto reluce en USA o si las dudas que viene mostrando el combinado de Aíto siguen adheridas a la pared.

La selección española genera en Pekín algunos recelos, asunto lógico después de que ella misma haya colocado el listón a la altura de récord olímpico con sus medallas mundial y europea. Algunos componentes de la plantilla no asumen con naturalidad el sistema de rotaciones que siempre ha defendido su entrenador. Ese carrusel de 'firmes y descansen' descoloca al ahora tirador y menos asistente Calderón, quien no acierta a comprender si es tronco o una rama que le ha brotado a Ricky; consume a Navarro, genio ofensivo marchitado tras su paso por Memphis; y reduce el peso específico de Garbajosa, falso pívot de alto peso específico que vive de muñeca y cerebro a falta de componentes atléticos. Quizá su gran defensa a Nowitzki le inspire para reducir esta tarde el veneno que destila Bosh, a quien conoce bien tras militar en los Raptors.

Muchas figuras

El reputado técnico universitario Mike Krzyzewski trata de poner de acuerdo a doce magos en el 'uno contra uno' por educación, fundamentos técnicos y potencias descomunales. Una amalgama de estrellas que capitanean Chris Paul -mejor base del mundo a los veintitrés años-, Kobe Bryant -sencillamente el número uno- y LeBron James, conocido como el heredero de la fortuna deportiva que dejó 'El Supremo' (Jordan) antes de abdicar. Un grupo más o menos avenido que coincide en una cuestión, la necesidad de imponer un ritmo de juego asfixiante donde prime el físico y se ablanden las ideas. Que traducido al baloncesto significa ir rápidamente de una canasta a otra evitando el juego en media pista.

Es ahí donde cobra relevancia especial la pizarra de Aíto. Ante cierto equilibrio técnico e inferioridad física en algunos puestos -aleros, fundamentalmente- España debe apelar a su jerarquía táctica. El lío de redondeles, flechas y rayas puede reducirse a dos preceptos de obligado cumplimiento: entrampar a los norteamericanos con variantes defensivas zonales para alejarlos del aro y transición defensiva sobresaliente. O sea, bajar a defener ya, no una décima de segundo después. Salvo que la Federación Internacional se reuniese anoche de urgencia para implantar el fuera de juego en el baloncesto.

Cabe aprender, salvando las distancias con España, la lección del encuentro inaugural de USA frente a China. El combinado oriental se mantuvo por acierto exterior en el primer cuarto hasta que el frenesí acabó con sus piernas y redujo la puntería de sus muñecas. La consecuencia, unas veinte canastas de los jugadores estadounidenses, que aprovecharon los regalos para improvisar un concurso de mates.

Estilo con cabeza

Todo lo anterior no significa que España deba renunciar a su estilo, basado en los conceptos modernos de la intensidad y el ritmo, y asumir la calma letal de Grecia, por ejemplo. Sí implica, no obstante, invocar la cabeza como eje conductor del partido. Incomodar al grupo norteamericano con una 'purrusalda' de defensas zonales (2-3, 1-3-1 y presión en toda la cancha con las espaldas protegidas) para obligarles a pensar, menguar el tiempo de posesión y forzarles a lanzamientos exteriores. Krzyzewski sólo cuenta con un tirador puro, Michael Redd, al margen de que otros fenómenos tengan un día racheado y amarguen la noche a los españoles.

A base de colocar cebos España podría vencer un enfrentamiento para el que no parte como favorita, vengar la única derrota de Atenas que le relegó injustamente al séptimo puesto y prolongar la desorientación de Estados Unidos. Claro que para evitarla, los norteamericanos han llamado a filas a sus estrellas con el compromiso de que no habrá deserciones.