RAMÓN

Aún no te has ido y ya te echo de menos

Ya os marcháis, sabemos que las alforjas van repletas, entre otras muchas cosas, de amor, familia, sol, playa, salitre y San Francisco. Espero que te duren las reservas, sobre todo en lo relativo a tu salud. Estudia, se responsable, portate bien y no olvides el español incipiente con acento gaditano que ya casi dominas.

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Charo y yo hemos sido precavidos y guardamos en una bolsa besitos, abrazos, caritas, risas, bromas y cariñitos; también esperamos que nos duren hasta el año que viene. Por mi parte prometo rezar por ti a diario, escribirte, llamarte, mandarte caña de lomo (tu último descubrimiento), enviarte Reyes, felicitarte en tu cumple, y sobre todo recordarte tus frases ocurrentes y mirar tus fotos todos los días.

Tengo medio convencido al Nazareno blanco para que vele por ti y por todo el grupo. Mucho trabajo y él lo sabe, porque, por suerte o por desgracia, entre 34 bielogaditas hay de tó y mucho que hacer.

El sentimiento de despedida es muy parecido al del cofrade tras recoger su hermandad, pero como todo en la vida, nada tiene un final y el ciclo continúa.

Este año ha aparecido un sentimiento nuevo por todos los que están implicados en el Programa de Acogida, del que me siento orgulloso de pertenecer.

Gracias a Paco Jiménez, Pepe Ortíz y a su junta, que emprendió esta bendita locura en 2001.

Gracias a Miguel Morgado, por tu elegancia; Juan Graván, por tu honestidad brutal; Julio, Domingo Correa y Benito (por vuestra abnegación humilde); Pepe Cárdenas y Juani (por vuestro cariño sin fin); Kike; Elena, José Ricardo, Antonio, Charo; Manolo y Lu.

En Soledad a la Vera de la Cruz, rezo por ti con Esperanza al Nazareno blanco.

Emilio González de la Muela. Cádiz