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El Rey Midas que perdió su don

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La gracia de este genio del celuloide le llegó de pequeño, como a tantos otros. Postergado en una cama debido a una poliomielitis, Coppola imaginaba el mundo que no podía disfrutar a través de sus marionetas y realizando montajes de los vídeos caseros familiares. Seguro que ni él sospechaba en lo que llegaría a convertirse.

Su proyecto de fin de carrera fue su primer título destacable. 'Ya eres un gran chico' recoge gran parte de las inquietudes del director: el paso del tiempo, la juventud como gran tesoro de la humanidad y la independencia vital. Pero esta película era sólo el comienzo. A finales de los 60, gana la Concha de Oro de San Sebastián por 'The Rain People', un encargo de los grandes estudios- algo que no le agradaba hacer- que le abrió el camino hacia el éxito.

Con la Concha bajo el brazo, Coppola crea Zoetrope, una compañía productora que haría sus delicias durante mucho tiempo y de la que era vicepresidente George Lucas. Y llegaron los 70, su época dorada. En 1971 Coppola recibe el encargo que le cambiaría la vida, llevar a cabo la adaptación de la obra homónima del escritor Mario Puzo. No sin grandes problemas- a los de la Paramount no les gustaba la participación de Marlon Brando ni la del desconocido Al Pacino- el director rodó en 52 frenéticos días una de las obras maestras del cine, 'El Padrino'. Tres estatuillas y una fama sin parangón abrirían las puertas al ego descomunal y la ambición sin límites de Coppola.

En la cresta de la ola, no había nada que el cineasta no pudiese alcanzar. En 1974 estrenó otros dos clásicos (cosas de los genios o de los locos): 'El Padrino, parte II' y 'La conversación'. El ya multimillonario recibió por la primera tres Óscar más y por la segunda, una cinta psicológica de proverbial calidad basada en escuchas telefónicas, la Palma de Oro.

Pero la cosa no quedaba ahí. Sin meta aparente que lograr, el estadounidense de origen italiano, quería superar a uno de los mitos de la industria, Orson Wells. Cuarenta años antes, el director de 'Ciudadano Kane' tuvo un sueño: llevar a la gran pantalla la adaptación de la novela 'El corazón de las tinieblas', pero su elevado presupuesto le hizo abandonar. Sin embargo, esta pega no hizo temblar el pulso de Coppola quien, con su adaptación del libro titulada 'Apocalypse Now ', abrió la caja de Pandora sin darse cuenta. El 1 de marzo de 1976 comenzaría la pesadilla de rodaje: desgracias y tragedias se sucedieron, el protagonista sufrió un infarto, un huracán destruyó los decorados, los militares filipinos se llevaban los helicópteros de la película sin previo aviso, Marlon Brandon machacaba sin descanso con exigencias en el guión y más ceros en su nómina.

Endeudado y casi enloquecido, Coppola estrenó tres años más tarde. Su recompensa, una buena acogida por parte del público y una Palma de Oro en el Festival de Cannes. Sin embargo, la época de éxitos terminó y de golpe, el genio se vio acuciado por los bancos, teniendo que renunciar a su estudio de producción, su casa y su patrimonio.

Con fama de derrochador y de director maldito, no fue hasta la década de los 90 que Coppola comienza a resurgir de sus cenizas. Para ello, no tuvo más remedio que aceptar el proyecto de la tercera parte del Don Vito Corleone. Por 'El Padrino III' estuvo nominado a 7 Oscar pero no se hizo con ninguno. La academia no le reconocería su valía de nuevo hasta que presentó Drácula, otro sueño frustrado de Wells, con la que logró tres premios.

Desde entonces, exorcizado de sus demonios personales y económicos, el director alabado y criticado a partes iguales, ha firmado muy pocos títulos. 'Tetro', con Carmen Maura, será el regreso de este encomiable Rey Midas. Veremos si ha perdido o no definitivamente su don.