ATENTO. Sergio García, durante la jornada de ayer en el campo de Oakland Hills. / AP
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García mantiene intactas sus opciones en el PGA de Estados Unidos

Jiménez y Larrazábal se quedan fuera del corte en el campo de Oakland Hills El torneo está muy abierto con más de 20 jugadores separados por 4 golpes

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Los hoyos finales del durísimo campo de Oakland Hills le causaron una mala jugada a Sergio García, que con doble bogey en el hoyo 17 quedó relegado a la séptima posición del PGA de Estados Unidos, último torneo de Grand Slam de la temporada. Sólo un birdie en todo el día en este hoyo da idea de la dificultad de este largo par 3. No obstante, siguen intactas todas sus opciones, ya que la segunda ronda fue igualmente dura para el resto de los participantes, ya que 36 hoyos después sólo un jugador está por debajo del par del campo y por tanto es el líder. El americano J.B.

Holmes fue uno de los pocos jugadores que terminó con una vuelta bajo el par del campo, 68 golpes. A un golpe, al par del campo, se han colocado un trío de jugadores entre los que se encuentra en británico Justin Rose, una de la promesas del golf inglés, y que comparte liderato con los americanos Charlie Wi y Ben Curtis, ganador de un Open Británico. Sergio García terminó con 73 golpes y un total de +2 en su marcador que le colocó en séptima posición, con otros aspirantes al título, como Aaron Baddeley, Ángel Cabrera, Jeev Milkha Singh o el sueco Henrik Stenson, entre otros. «El campo estaba muy duro, realmente duro, pero se podía jugar. Pese a estar +2 en mi score no estoy muy lejos de la cabeza, sólo tres golpes, y como se ha visto en el marcador, la cabeza cambia a cada minuto. Un doble bogey y ya estás fuera. Si me mantengo así para el fin de semana y no cometo graves errores tendré muchas posibilidades el domingo de hacer un buen resultado», comentó Sergio, en un gran ejercicio de madurez. Años antes hubiera despotricado contra un campo que no está agradando a nadie en el torneo por su extrema dificultad y por la injusta penalización de muchos golpes buenos.

«Bueno, es lo que tiene madurar y que ya me empiecen a salir canas, ¿no? La experiencia te ayuda a ver las cosas con más calma y teniendo más paciencia en el campo cuando las cosas no salen tan bien como uno quiere», añadió.

El torneo está muy abierto y más de una veintena de jugadores están sólo separados por cuatro golpes, que dada la complicación del campo, apenas es una diferencia estimable. Uno de ellos, el número dos del mundo, el americano Phil Mickelson está un golpe por detrás de García. El castellonense seguirá en solitario el final del torneo ya que Miguel Ángel Jiménez y Pablo Larrazábal se han quedado fuera del corte. El malagueño hizo dos vueltas de 73 y 78 golpes con sólo un birdie en 36 hoyos, en el hoyo 2 de la primera vuelta. Con un total de +11 se quedó fuera del corte. El joven catalán Larrazábal vivía su primea experiencia en un PGA de Estados Unidos, su segundo Grande del año, ya que también tuvo la oportunidad de participar en el Open Británico, aunque en esta ocasión no pasó el corte con un total de +18.