ESPAÑA

El Constitucional se queda para octubre

La nueva Corte, que deberá fallar sobre el Estatut, tendrá una mayoría progresista

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La nueva composición del Tribunal Constitucional, la otra gran renovación pendiente, se conocerá casi con toda seguridad en octubre. La corte tiene pendiente desde diciembre la sustitución de cuatro magistrados que agotaron sus nueve años de mandato y la cobertura de la vacante dejada por el fallecimiento, en mayo, del magistrado Roberto García-Calvo. El enfrentamiento PP-PSOE lo ha hecho imposible hasta ahora.

El proceso de renovación de los cuatro magistrados está en marcha desde el pasado 31 de julio. El presidente del Senado, cámara que cubrirá las cuatro vacantes, pidió a todos los Parlamentos autonómicos que propongan sus candidatos antes del 29 de septiembre. Cada cámara regional puede proponer un máximo de dos juristas de reconocido prestigio y con más de 15 años de ejercicio de la profesión.

El proceso no pudo iniciarse hasta que el propio Constitucional, primero en abril y luego en julio, rechazó los recursos de inconstitucionalidad que el PP interpuso en 2007 contra la ley y el reglamento que permiten participar a las autonomías en esta elección. El pacto sellado este verano por los dos grandes partidos contempla que de los cuatro magistrados, dos serán elegidos por el PP y los otros dos por el PSOE y los partidos minoritarios. La plaza de García-Calvo será cubierta por el Congreso, que fue la institución que le nombró, y lo propondrá el PP, aunque tras discutir el candidato con el PSOE.

El nuevo Constitucional, que el próximo año tendrá que resolver los recursos contra el Estatut de Cataluña, variará desde su actual equilibrio -seis progresistas y seis conservadores- a un sesgo progresista, tendencia que contará con siete de los doce magistrados del pleno, uno de ellos el presidente.

El jurista progresista que ocupará la presidencia, si se respeta la costumbre de designarlo entre los magistrados que cumplen los tres últimos años de mandato, será Elisa Pérez o Eugenio Gay. En la elección definitiva puede influir el sexo de quién encabece el CGPJ, ya que el Gobierno aspira que al menos uno de los dos órganos esté presidido por una mujer.