LOCALES. López y Bezares son dos de los muchos andaluces. / V. L.
Cádiz C.F.

El Cádiz cierra las fronteras

El equipo amarillo ha reducido a una cuarta parte el número de futbolistas extranjeros, pasando de los doce foráneos del año pasado a los tres de la actual plantilla

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El descenso de categoría del Cádiz ha traído muchos cambios. En los rivales y su potencial, en el número de kilómetros, en los estadios a visitar, en la inversión realizada, en la repercusión mediática, en el número de abonados,... Y también en un dato en el que el equipo amarillo había destacado en las últimas temporadas.

Tras el abandono de Segunda B después de nueve años, el club gaditano había fijado sus miras en el mercado internacional. Han venido futbolistas extranjeros de Europa, América y África, y el vestuario parecía la torre de babel por los distintos idiomas y sobre todo la variedad de acentos.

El cambio ha sido dramático. El año pasado, vistieron la camiseta hasta doce jugadores foráneos, y de las más distintas nacionalidades. En El Rosal se reunieron seis argentinos (Limia, Vella, Gustavo López, Lobos, Pavoni y Casas), dos uruguayos (Fleurquin y Gonzalo Vicente), un colombiano (De la Cuesta), un ecuatoguineano (Yago), un guineano-portugués (Bangoura) y hasta un polaco (Kamil Kosowski). Incluso entrenaba un brasileño (Andrade), y muchos de ellos ni siquiera eran capaces de hilvanar dos frases en castellano.

Todos en castellano

Ahora todos lo hablan perfectamente. Se han quedado tan sólo tres (las salidas de Vella y Andrade son cuestión de tiempo), y todos sudamericanos. Acuña, De la Cuesta y Fleurquin son los únicos que resisten, y alguno podría salir en breve.

El Cádiz está viviendo una desinternacionalización, se está localizando, cerrando las fronteras y mirando para adentro. No es que los comunitarios no puedan participar en Segunda División B. Los motivos son otros. El menor presupuesto impide que se controle un mayor mercado (se acaban los viajes a Brasil, Argentina o Europa central). El coste de los salarios y los porcentajes de los intermediarios. Las dificultades de adaptación de muchos extranjeros. Y, por supuesto, el problema que se ha llegado a crear en el vestuario en las últimas temporadas, con clanes perfectamente reconocibles en función de los países de procedencia.

La mirada de Julio Peguero y su equipo se centra ahora en España, y también se ha multiplicado de forma sorprendente el número de gaditanos. El pasado año sólo se contaban tres, mientras que en este momento son siete jugadores de la provincia los que se hacen un hueco en la plantilla de Javi Gracia: Raúl López, Bezares, Dani, Fran, Fornell, Lucas y Ezequiel. Además de andaluces de distintas regiones como López (Huelva), Juanma (Jaén) y Luismi (Almería).

La plantilla se completa con muchos efectivos de la zona de levante, repartidos entre Cataluña y Valencia.

Con estos jugadores locales, el club pretende mayor implicación y unión, dos de los grandes culpables de que el Cádiz diera con sus huesos en el pozo de la Segunda B.

jaguilera@lavozdigital.es