de zorrilla a la marea

Lo que hay detrás de los muros

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Recuerdo de pequeña, cuando cruzaba la vía del tren por la pasarela de Marconi, que había como una fortaleza inaccesible de ladrillos coloraos que me llamaba mucho la atención. Su sobriedad externa y sus altos muros me hacían imaginar que se trataba de una cárcel de alta seguridad. Sólo en alguna ocasión, aprovechando la apertura de la verja de entrada para algún vehículo, observé cómo tras esos muros se escondían unos preciosos jardines y los depósitos de Tabacalera, pero nunca conseguí entrar para conocerlos. Lo mismo le ocurre a más de un gaditano: desconoce lo que hay detrás de esos muros, que durante años han escondido más de 40.000 metros cuadrados de terreno y naves que ahora la ciudad recuperará. La empresa tabaquera los cede, eso sí, por algo a cambio, que en cuestiones de negocio la ahora multinacional no escatima. Pero sin duda alguna merece la pena y hay que reconocer que la alcaldesa se ha marcado un tanto a su favor con esta operación. Quizás ahora no se pueda apreciar, pero dentro de unos años Cádiz contará con un espacio cultural en una zona como Loreto y Puntales que durante años estuvo encarcelada entre paredes de industrias, que arrinconaron a sus vecinos. Ahora les llega el turno. Si todo va bien y los políticos cumplen con sus promesas, en el 2012 esta zona será una de las mejores de Cádiz, con hospital, nueva Facultad de Medicina, centro cultural y, quién sabe qué más podrá haber a partir de ahora...

para muestra, un botón

Un detalle a tener en cuenta. El jueves un tren de cercanías que hacía el trayecto Sevilla-Cádiz golpeó a un todoterreno que invadió la vía en el que viajaban un padre y su hijo que venían de probar unos toros en un campo cercano. Milagrosamente, todo quedó en un susto porque tanto ellos como los viajeros del tren salieron sanos y salvos. En uno de los vagones viajaba uno de los miembros del Consejo Audiovisual, uno de los objetivos mediáticos de las críticas de la oposición en los últimos meses, debido a los supuestos gastos innecesarios generados por este órgano de la Junta de Andalucía. Curiosamente, una de las cuestiones que se le han echado en cara a esta consejera, la periodista Carmen Morillo, ha sido el uso abusivo del coche oficial, sin que injustamente (quienes la conocemos lo sabemos) se haya tenido en cuenta que para sus traslados a Sevilla por motivos laborales usa casi a diario el transporte público, en especial el tren, con el que ya ha sufrido más de una incidencia. Precisamente el jueves regresaba a casa de una jornada laboral a las seis de la tarde, en el Cercanías (que para quien no lo use le diré que tarda una hora y tres cuartos en llegar a Cádiz), y estuvo junto con el resto de pasajeros cuatro horas de tren en tren hasta que regresó a la estación a eso de las diez de la noche. Los políticos tienen la mala costumbre de meter a todos en el mismo saco, de ahí que muchas veces se equivoquen. Yo pongo la mano en el fuego por Carmen y ella demostrará con papeles que más de uno anda equivocado. Para muestra, un botón.

guerra, de paseo por cádiz

¿Qué hacía Alfonso Guerra el fin de semana pasado de paseo por la calle Ancha?. Y sin clá. Las malas lenguas comentaban que vino a conocer a fondo la ciudad y, ¡quién sabe!, tal vez le gustaría acabar sus días como alcalde. Federico Pérez Peralta y Bibiana Aido (los dos candidatos que se barajan en el PSOE) tendrían un buen contrincante dentro de su propio partido, pero yo creo que al final Guerra a lo que vino realmente a Cádiz fue a probar los topolinos de Los Italianos. No se pongan nerviosos tan pronto.

terapia de risa

Si quieren una buena terapia de risa en tiempos de crisis no duden en organizar en casa un tapper-sex. Me cuenta una amiga que el otro día montaron uno en el chalé de una lujosa urbanización de la provincia y las risas hicieron saltar las alarmas. Gastaron más de 1.400 euros en artilugios eróticos (entre 22 casadas, separadas y solteras) y mañana me contarán el resultado de las compras. Más de uno habrá temblado. Dicen que había de todo y que las bolas chinas ya se han quedado anticuadas porque saltan las alarmas de los Zara cuando las llevan puestas. Lo único malo fue que la vendedora venía en una furgoneta con una vistosa serigrafía en sus puertas que decía «Tele-condón a domicilio», por lo que el vecindario estaba revolucionado y la curiosidad hizo que más de una se dejara ver entre los setos. Como fiesta del verano, el tapper-sex promete.