DESPEDIDA. Los trabajadores, en julio de 2007. / O. CHAMORRO
PUERTO REAL

Un año sin Delphi

Tal día como hoy, ya han pasado doce meses, un año. Delphi echó el cierre y los trabajadores, uno tras otro en civilizadas filas, firmaron el finiquito que suponía su desvinculación laboral con la multinacional fabricante de componentes de automoción. Aún no había pasado un mes desde que se firmó el acuerdo de 4 de julio tras unas negociaciones que duraron cerca de 30 horas. El ambiente de aquel día en la factoría era descorazonador: 1.600 hombres y mujeres desfilando a sabiendas, aunque obligados por las circunstancias y el empecinamiento de la empresa en no seguir adelante con el negocio, hacia el infierno gaditano, la cola del paro.

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Los trabajadores afectados tuvieron en 2007 tres meses de vacaciones que no querían. A mediados de noviembre comenzaron los cursos de formación, el proceso de recolocación. De los 1.902 que iniciaron esta travesía -sumados los empleados de plantilla, los eventuales y los pertenecientes a la industria auxiliar que orbitaba alrededor de Delphi- quedan ahora 1.525, según datos de la Junta de Andalucía. No pocos han buscado y encontrado un puesto de trabajo en el que continuar su carrera profesional al margen del proceso puesto en marcha por la Administración autonómica. Otros 150 se han acogido a las prejubilaciones acordadas.

Pero aún quedan 1.525. El problema no está resuelto. La formación específica para comenzar a trabajar en una de las empresas anunciadas para reindustrializar la Bahía es inminente. En septiembre comenzará la diseñada para formar a futuros empleados de la compañía aeronáutica SK10, sobre la que el consejero de Empleo, Antonio Fernández, dijo que realizaría las primeras contrataciones entre este colectivo a principios del próximo año. Bueno será que, llegado enero, se suscriban estas contrataciones. La empresa de paneles solares Gadir Solar también ha confirmado la inminencia de los cursos de formación para trabajar en su centro de producción, al igual que Aeroblade. Sin embargo, no es fácil imaginar que estas empresas ya se encuentren produciendo dentro de un año. Y entonces será cuando expire el plazo que se dio la Junta para recolocar a los trabajadores afectados por el cierre de la factoría, el 31 de julio de 2009. El tiempo ya se está descontando. Se antoja muy complicado que Alestis, por ejemplo -la compañía aeronáutica que se instalará en la fábrica de Delphi y que ya ha conseguido un contrato milmillonario con Airbus-, ponga en marcha sus procesos de producción en tan sólo un año. Ya ha quedado atrás un año desde el cierre; queda por delante otro año para que las recolocaciones sean, sin prisa, pero sin pausa, una realidad.

jlopez@lavozdigital.es