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Sanlúcar se felicita del respaldo de la Junta a las bodegas de la ciudad

La alcaldesa de la ciudad celebra que el consejero de Agricultura haya tenido en cuenta las reivindicaciones de los manzanilleros en el debate del Reglamento

Jerez Actualizado: Guardar
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El compromiso público que el consejero andaluz de Agricultura, Martín Soler, adquirió el pasado martes con las bodegas de Sanlúcar y con el que quiso garantizarles que, sea como sea el texto definitivo del Reglamento del Vino, no se dejará de producir fino en la ciudad de la manzanilla, fue más que bien recibido por las empresas sanluqueñas y por la alcaldesa, Irene García, que ayer se felicitó de que «la Junta haya tenido nuestras reivindicaciones».

Para la primera edil sanluqueña, las declaraciones de Soler, que llegó a afirmar que «las bodegas de Sanlúcar podrán criar fino mientras ellas quieran», son la mejor respuesta posible a «la preocupación de estas empresas, uno de los sectores productivos más importantes y con más tradición de la ciudad». En opinión de Irene García, el consejero «ha lanzado un mensaje claro al Marco y ha dejado entrever que la Junta no daría el visto bueno al nuevo Reglamento, ya que no ha sido un texto consensuado como se pidió en la anterior redacción».

La alcaldesa, que ha mostrado su apoyo a los bodegueros desde el principio y que ha mantenido con ellos una serie de encuentros, dejó claro que es su obligación «defender los intereses de este sector productivo tan arraigado en nuestra ciudad». «Estamos en un momento histórico importante en el que velar por el interés general de todo el sector y no sólo es nuestra obligación, sino un compromiso irrenunciable con nuestra sociedad y con la historia de Sanlúcar», dijo.

En definitiva, García no ocultó ayer que el Ayuntamiento de Sanlúcar ha mantenido una actitud «activa» respecto al nuevo Reglamento del Vino, por lo que ante «los problemas que se le avecinaban al sector si el texto finalizaba con la prohibición de la producción de fino en nuestra ciudad» decidió poner en conocimiento de la Consejería las tesis que defendían los productores locales.

Así, García apuntó ayer que el primer y más importante inconveniente sería «la exclusión de Sanlúcar para criar fino como se viene haciendo desde el inicio de la Denominación de Origen, lesionando los intereses y derechos de las bodegas sanluqueñas».

En este sentido, la alcaldesa recalcó que «no se ha ofrecido ninguna razón objetiva o criterio técnico que demuestre que Sanlúcar no puede criar fino y en cambio sí se pueden aportar multitud de razones históricas, culturales, jurídicas y tradicionales que amparan a la ciudad en el mantenimiento de este derecho».

De esta forma, las palabras de la primera edil socialista recordaban también al anuncio realizado el martes por Soler, que brindó a las bodegas sanluqueñas un estudio que realizará la propia Administración autonómica para definir técnicamente las características de la manzanilla y el fino y así sustentar que ambos se puedan envejecer en la ciudad.

Además de estos argumentos, García, que no se andó con rodeos, hizo ayer hincapié en que «la manzanilla es un patrimonio de todos los sanluqueños, y como tal no puede depender de los avatares económicos y financieros de las firmas que en cada momento tengan la propiedad de las bodegas, ni de criterios externos coyunturales».

Tampoco olvidó hacer referencia al malestar existente con la composición del Consejo Regulador, «ya que ahora más que nunca hay que buscar el efectivo equilibrio convirtiéndose en un verdadero órgano de debate y toma de decisiones de los distintos intereses de los que componen la Denominación». Por eso, defendió que «todas las partes deben estar representados para que exista capacidad de decisión en aquellos asuntos que les afecte, evitando que otros decidan por ellos».

Ése mismo argumento defendieron ayer desde la patronal Arjeman, que han reactivado las bodegas disconformes con el Reglamento. Su vicepresidente, Francisco Yuste, dejó claro ayer a LA VOZ que el mensaje del consejero «da tranquilidad» y demuestra que «se está por la labor de que este tema se apruebe sólo con unanimidad».

Yuste criticó que «algunos quieran perjudicar a nuestras empresas y nuestra ciudad», y lamentó que «quisieron por todos los medios aprobar algo que es injusto para nosotros, hasta el punto de que nos han quitado la voz y el voto a la gente de la manzanilla en el Consejo Regulador».

El representante de Arjeman, que tampoco entiende «por qué se rompió el acuerdo al que se llegó de madrugada», no dejó pasar la oportunidad de agradecer a COAG, al vocal de Trebujena y Juan Piñero, sentado en el lado bodeguero, que «hayan defendido nuestros intereses».