El presidente israelí Ehud Olmert en el memorial de Zeve Zabutinsky, Jerusalén, /EFE
tras anunciar olmert su salida del gobierno

La oposición israelí reclama elecciones mientras crecen las dudas sobre la continuidad del proceso de paz

El viceprimer ministro, Haim Ramón, ha reconocido que "la probabilidad de que se celebren nuevos comicios es alta"

JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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Era una noticia esperada en Israel. La salida de Olmert de su cargo al frente de la Jefatura del Gobierno ha copado esta mañana la portada de todos los diarios. Pero los analistas ya han advertido que, pese a su decisión, podría seguir al frente de Israel durante seis meses más si el nuevo líder de Kadima no logra conseguir suficientes socios para formar Gobierno y tuviese que convocar elecciones anticipadas, tal y como reclama la oposición.

El conservador Benjamin Netanyahu, favorito en todas las encuestas en intención de voto en una eventual cita a la urnas, se ha mostrado contundente con la situación que atraviesa el actual Ejecutivo israelí. "Es un fracaso total que ha llegado a su fin". Netanyahu cree que la "responsabilidad nacional" exige nuevas elecciones legislativas, "presida quien presida el Kadima", y se ha mostrado contrario a la formación de un nuevo gobierno liderado por quien resulte vencedor en las primarias de ese partido.

En la misma línea se ha mostrado el diputado Yitzhak Aharonovitch, del opositor ultranacionalista Yisrael Beiteinu (Israel Nuestra Casa) quien ha asegurado que "en un Estado democrático, cuando el primer ministro dimite la nación elige a su líder".

El viceprimer ministro, miembro de Kadima y mano derecha de Olmert, Haim Ramón, ha reconocido que "la probabilidad de que se celebren nuevas elecciones es alta".

La paz entre palestinos e israelíes

El reemplazo de Olmert hace surgir dudas sobre la continuidad del proceso de paz con los palestinos, relanzado en noviembre del año pasado en Annapolis (EEUU) con el compromiso por ambas partes de lograr un acuerdo antes de finales de 2008 para la creación de un Estado palestino.

De momento, y hasta su salida del Gobierno, Olmert, que continúa creyendo que la paz es el camino que debe seguir Israel, ha asegurado que en el poder seguirá trabajando para alcanzar este objetivo.

La ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, y favorita a sucederlo al frente del partido, ha asegurado, por su parte, que los próximos cambios en la jefatura del Gobierno no afectarán al proceso de paz. "La situación interna en Israel no afecta sus intereses como Estado y tampoco al hecho de que aquí represento esos intereses como ministra de Exteriores", ha manifestado.

Asimismo, ha advertido de que las conversaciones que sostuvo el miércoles en Washington con la secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice, y el principal negociador palestino, Ahmed Qureia, demuestran su compromiso con el proceso iniciado el año pasado en la cumbre de Annapolis (EEUU). "Creo en ese proceso, que es la única manera de poner en práctica la visión de los dos estados para dos pueblos en el marco de un tratado de paz", ha apuntado.

Interrogado por la Policía

Mañana, Olmert volverá a ser interrogado por la Unidad de Fraude de la Policía israelí, por un caso de cohecho y otro de duplicidad de facturas en el desempeño de anteriores cargos públicos -cuando recibió sobres repletos de dinero del empresario norteamericano Morris Talansky-, que han motivado su anuncio de dimisión.

Se espera que, dentro de tres semanas, la Policía entregue a la Fiscalía los resultados de la investigación y ésta decida si acusa formalmente al actual jefe de Gobierno. La legislación israelí obliga a un primer ministro a dimitir sólo tres meses después de ser declarado culpable de un "delito que incluya corrupción moral", pero la actual situación de Olmert, con escasos apoyos tanto dentro de la coalición gobernante como en el seno de su propio partido, hacía muy difícil que siguiera al frente del Ejecutivo.