ESPAÑA

El Gobierno juzga «casi obligatorio» que los partidos se unan contra ETA

Zapatero buscará con las fuerzas minoritarias la complicidad que Rajoy le niega en materia económica

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El Gobierno considera que los acuerdos alcanzados entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy forman parte de un consenso «casi obligatorio» para todas las fuerzas políticas. Pero le vale con el sí del Partido Popular. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, subrayó ayer que el Ejecutivo ha considerado siempre «muy importante» el entendimiento en materia antiterrorista con el primer partido de la oposición y restó valor a las reticencias que el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha planteado ya hacia la 'declaración solemne' contra ETA.

Urkullu avanzó que su partido no se unirá a un acuerdo que sólo confíe en las vías judiciales y policiales para terminar con la violencia. De la Vega hizo oídos sordos y aseveró que las directrices pactadas con el Partido Popular pueden ser compartidas por todas las fuerzas políticas «más allá de que se quieran añadir otras perspectivas». Fuentes del Ejecutivo atribuyen al electoralismo (cercanía de los próximos comicios vascos) las suspicacias mostradas por el dirigente nacionalista.

El Ejecutivo nunca ha ocultado que su prioridad en esta legislatura es acabar con la grave fractura política que tanta inestabilidad institucional generó en el pasado por el enfrentamiento con el PP. Todo lo demás serán beneficios añadidos. Zapatero quiere incorporar a todas las fuerzas parlamentarias a los pactos alcanzados con Rajoy pero lo que de verdad le interesa es recabar su complicidad en materia económica.

Es casi indispensable porque el PP ha convertido la crisis en su principal caballo de batalla y, a la vuelta del verano, habrá que aprobar los presupuestos generales del Estado para 2009. La vicepresidenta primera se vanaglorió en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del perfil social de su política. Y casi juzgó inmoral que alguien pueda rechazarla.

Receta progresista

«Algunos preferirían cortar el grifo a los desempleados, a los pensionistas, a los padres o a los jóvenes; no es nuestra receta, la nuestra es progresista y solidaria», dijo en alusión al afán del PP por recortar el gasto público. Su desprecio a las fórmulas «neoliberales» no le impedirá, aún así, buscar el apoyo de partidos conservadores como el PNV o CiU.

De la Vega aseguró que, como siempre, intentará recabar el apoyo de «todos» a las cuentas públicas. Solbes fue aún más explícito. «Necesitamos seis votos; cualquiera que nos los pueda aportar es bienvenido», dijo. A pesar de todo, no cuenta con cerrar nada hasta septiembre. Entre otras cosas, porque la negociación de la financiación autonómica complica el acuerdo. Y no sólo por las fuerzas nacionalistas e independentistas.

El PSC no descarta que sus 25 diputados voten contra los presupuestos si la Generalitat no logra una fórmula aceptable. Solbes se mostró sorprendido ante las afirmaciones de que su propuesta no respeta el 'Estatut'. «Algo está fallando en nuestra política de comunicación», indicó, sentado junto a la ministra portavoz. Reclamó así generosidad para poner en marcha un modelo en el que todo el mundo pueda sentirse «razonablemente insatisfecho», sabiendo, subrayó, que en una negociación multilateral no se puede satisfacer a todos al cien por cien.