PAN Y CIRCO

Dos pruebas serias

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unque nos suene a cruel sarcasmo, la noticia de los encuentros que el Cádiz disputará próximamente frente al Arcos, equipo recién descendido a la Primera Andaluza, y frente al Conil, que milita en la misma categoría, ha despertado una renovada ilusión en algunos aficionados. Joaqui, Pepe y Lolo, tres cadistas que estudian minuciosamente la historia de equipo amarillo, coinciden en que el análisis de estos partidos de pretemporada les ofrece una claves seguras para calibrar la calidad de la plantilla y, en consecuencia, para aventurar las posibilidades de lograr los objetivos propuestos en cada temporada. Según ellos, es en estos partidos donde mejor se miden unas cualidades que, en última instancia, resultan decisivas para afrontar los encuentros decisivos. Entre los datos que ellos evalúan destacan, por ejemplo, la actitud de respeto a los conjuntos considerados como inferiores, la capacidad para sufrir hasta el último segundo del partido, la obediencia a las pautas dictadas por el entrenador y la generosidad de cada uno con los demás miembros de la plantilla. Según sus estadísticas, estos rasgos son los que definen a los futbolistas que el Cádiz ha fichado cuando, por razones económicas, no ha podido contratar a profesionales que han venido precedidos de fama internacional. En mi opinión, estas conclusiones confirman el principio elemental según el cual, para pronosticar el punto de llegada de un objeto en movimiento, hemos de observar el sentido de su trayectoria: los que parten de la base, pueden ascender, los que, por el contrario, regresan de la cumbre, lo más probable es que desciendan hasta el fondo. "Ésta es la razón -me dicen mis amigos- por la que acudiremos al campo Antonio Barbadillo, de Arcos, y al José Antonio Pérez Ureba, de Conil de la Frontera, con mayor ilusión, incluso, que a los que se disputen en el Trofeo Carranza.