Rodríguez Zapatero. / EFE
ESPAÑA

Zapatero convierte la marcha de Ibarretxe en su máxima prioridad

El PSC anuncia «problemas» para el Ejecutivo si la financiación no le satisface

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

José Luis Rodríguez Zapatero tiene una prioridad para esta legislatura: hacer que el Gobierno vasco cambie de manos. El jefe del Ejecutivo, enfundado en el traje de secretario general del PSOE, reconoció hoy que éste se ha convertido ya en su principal objetivo político. Hacía años que los socialistas no se veían tan cerca de ganar unas elecciones en el País Vasco como ahora. «Patxi López -se vanaglorió el líder del partido- representa hoy la esperanza no sólo para los que se sienten socialistas; es la esperanza para muchas personas que han podido votar nacionalista».

La apuesta de Zapatero era ya sabida. Lo llamativo es el escenario elegido para hacerla explícita. No fue en ninguna localidad vasca sino en Barcelona, durante su intervención en el reivindicativo 11º Congreso del PSC. Ante centenares de militantes catalanes, alabó la figura del secretario general de los socialistas vascos, presente en el acto, y afirmó que es un referente tanto para quienes «quieren mantener la vinculación con el conjunto de España» como para quienes se sienten más próximos a una ideología nacionalista. «Saben que con él -dijo- la identidad de Euskadi está garantizada».

El PSE contempla la posibilidad de que Juan José Ibarretxe opte por adelantar las elecciones previstas para la primavera próxima al mes de noviembre y Ferraz ha puesto ya la maquinaria en marcha para evitar que la oportunidad de arrebatar al PNV el Gobierno, por primera vez en casi un cuarto de siglo, pase de largo.

Barones

Zapatero prometió así dedicar todo su «esfuerzo» a lograr que López sea 'lehendakari'. No porque sea el favorito entre los barones del partido, aseguró que también trabajará cuando llegue el momento por la reelección de José Montilla en Cataluña y Emilio Pérez Touriño en Galicia, sino por lo histórico de la ocasión.

El jefe del Ejecutivo lanzó, de hecho, una flor al presidente de la Generalitat al asegurar que el proyecto de López para el País Vasco es un «espejo» del que el PSC desarrolla en Cataluña: «respeto a la identidad, afirmación de lo propio y responsabilidad de compartir la tarea común», enumeró. En el polo opuesto situó al 'lehendakari', al que acusó de hacer «críticas y más críticas» para buscar la confrontación con una ley que calificó de mera «plataforma partidista». «Algo que implica a todos -subrayó- no puede ser el resultado de una iniciativa con empecinamiento y sin ninguna voluntad de concertar».

Pese a su reconocimiento del buen hacer de Montilla, Zapatero no pudo evitar una lluvia de advertencias. El PSC le recibió con las uñas afiladas por el nuevo sistema de financiación. No ha gustado la primera oferta del ministro de Economía, Pedro Solbes, y el presidente de la Generalitat se lo hizo saber.

«Habrás leído que he dicho que a veces te he dado problemas; seguiré haciéndolo si viene al caso», avisó. «Estos días son decisivos para que la España que representas no nos decepcione». El presidente del Gobierno aseguró que habrá un «buen modelo de financiación», pero se limitó a ofrecer una definición genérica de su articulación. Dijo que profundizará en el desarrollo de la España plural, que traerá más autogobierno y más responsabilidad, que prestará atención al criterio del aumento de población y que mantendrá el principio de solidaridad.

En su diserción, lanzó una crítica a quienes se acercan a este debate con espítitu de «competición» porque, al hacerlo dijo, sólo se logra la «división» entre territorios. «No es necesario que nadie pierda, podemos hacer que todos ganen», garantizó.