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China y Rusia frenan la imposición de sanciones internacionales a Zimbabue

Las reacciones no se han hecho esperar. Y es que el veto de China y Rusia que impidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU adoptar sanciones contra el régimen del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, para forzarle a negociar con sus opositores una salida a la grave crisis política, ha removido la opinión de la comunidad internacional.

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Por un lado, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín, Liu Jianchao, defendió su veto como algo positivo para el país africano. «Aprobar sanciones no ayudaría a impulsar el diálogo político. Lo que haría sería complicar las condiciones en Zimbabue», declaró Liu Jianchao. Mientras, la cancillería rusa defendió su voto en contra de la resolución sobre la base de que tal posibilidad supondría un «precedente peligroso» y un intento de inmiscuirse en asuntos internos de estado, algo que calificó de «ilegítimo».

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, expresó su decepción por el bloqueo a la resolución contra Mugabe, especialmente en el caso de Moscú, que anteriormente había sugerido acciones más duras contra el dictador, y mostró su total seguridad en la incomprensión de los propios zimbabuenses, cuyo Gobierno aplaudió el veto como «una victoria contra el racismo internacional».

La fallida resolución perseguía un embargo de armas a Zimbabue, restricciones financieras y de viaje a Mugabe y la designación de un enviado especial de la ONU. La propuesta contó con nueve votos a favor, una abstención y cinco en contra. Este resultado representa un fracaso para el intento de bloqueo occidental al país africano.