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De más a peor

No hace falta, a estas alturas, que les vuelva a decir cómo me pone moverme en la sutil línea que separa lo virtual de lo real, cómo me excita pensar que virtualmente tenemos una casa y en realidad lo que tenemos es una hipoteca de la que no nos libra ni la caridad, aquello de Jaimito y sus potenciales millones, ya saben.

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Así que el 37 Congreso Federal del PSOE me ha dado argumentos de peso para seguir insistiendo en este divertimiento mío que anda postulando para convertirse en la canción del verano. «Nadie expresa mejor que nosotros la confianza en este país», ha dicho el presidente que parece no saber que la confianza es ciega.

Porque virtualmente resulta que tenemos un país moderno, libre, laico, ético, civilizado, igualitario, paritario -que no es lo mismo que igualitario- culto, próspero, solvente, esperanzado, tolerante, acogedor con las minorías, cooperante, y todas esas cosas que nadie mejor que Zapatero -el que cambia sonrisas por ministerios- sabe decir. Total, que como diría el padre de Jaimito, virtualmente tenemos una desaceleración y en realidad tenemos una crisis económica en toda regla por mucha confianza, determinación y responsabilidad que el presidente le eche al tema.

Pero bueno, siempre nos quedará la tranquilidad de que aunque se vayan a suprimir los símbolos católicos en los actos públicos -ya era hora, que somos un estado aconfesional, por si no lo saben- los funerales de estado se mantendrán, porque como dijo Ramón Jáuregui no hay «una liturgia alternativa para despedir a un ser querido». Vaya.

Sin palabras que me quedo. Mejor, así no desentono con los tostones de cine mudo que nos piensa largar el Ayuntamiento en un cine de verano virtual.