ECOLÓGICOS. Bush, Fakuda (Japón), Sarkozy, Medvédev, Harper (Canadá) y Barroso plantan árboles para celebrar el acuerdo. / AP
MUNDO

La mitad de emisiones para 2050

Los países más ricos piden la ayuda de China y la India para frenar el cambio climático

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Economía frente a sostenibilidad medioambiental. El viejo debate de siempre vuelve a estar sobre la mesa en la reunión que el G8, los siete países más ricos del mundo más Rusia, celebra estos días en la fuertemente vigilada estación de montaña de Toyako, ubicada en la isla japonesa de Hokkaido. Y es que las siete economías más poderosas e industrializadas del planeta (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) propusieron ayer recortar a la mitad los gases causantes del efecto invernadero en 2050 para luchar contra el calentamiento global y el cambio climático.

Dicho acuerdo, denominado 'Una nueva visión compartida', supone un ligero avance con respecto al encuentro celebrado el año pasado en la localidad alemana de Heiligendamm, donde el G8 se comprometió a «considerar seriamente» la fecha de 2050, pero se queda muy lejos de las demandas efectuadas por los grupos defensores del medioambiente.

De hecho, el anuncio del G8 ya ha sido duramente criticado por diversas asociaciones ecologistas, que tildan la propuesta de «oportunidad perdida» y denuncian que no se hayan establecido unos objetivos más concretos a corto plazo para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera en 2020.

Ecologistas

Además, el comunicado del G8 ni siquiera especifica si la reducción de 2050 será sobre los actuales niveles de emisiones o sobre los de 1990. Cuando se le preguntó en rueda de prensa sobre esta cuestión, el anfitrión del cónclave, el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, aseguró que se tomará como base el nivel actual, lo que enojó aún más a las organizaciones ecologistas.

No en vano, el Panel Internacional para el Cambio Climático de la ONU apuesta por recortar las emisiones contaminantes entre un 50 y un 80% en 2050, pero tomando como base las cifras de 1990. «A este ritmo, en 2050 el mundo se estará asando y los dirigentes del G8 habrán sido olvidados hace mucho tiempo», ironizó el portavoz de la ONG Oxfam, Antonio Hill.

A pesar de estas quejas, los mandatarios europeos, que son quienes más han abogado por la lucha contra el calentamiento global, se congratularon por el compromiso alcanzado. «Ésta es una fuerte señal para los ciudadanos de todo el mundo», dijo el presidente de la Unión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien confió en que el acuerdo sea refrendado el año que viene en Copenhague.

Solución de compromiso

Esta reunión servirá para marcar los objetivos y plazos en la lucha contra el calentamiento global, posteriores al Protocolo de Kyoto, que expira en 2012. Quizás por ese motivo, y con el fin de allanar las negociaciones, el comunicado del G8 parece una solución de compromiso que ha renunciado a las medidas drásticas contra el calentamiento global, a cambio del apoyo de EE UU, que rechaza Kyoto. En otro guiño a Washington, la reducción prevista del 50% en 2050 no sólo se refiere a las emisiones de las potencias industrializadas, sino también a las que efectúan los países en vías de desarrollo y, más en concreto, gigantes emergentes como China y la India.

El G8 transmitirá su propuesta a los principales países en vías de desarrollo (China, India, Sudáfrica, México y Brasil), que se encuentran reunidos en la localidad de Sapporo y hoy acuden invitados a la cumbre de Toyako. Las potencias emergentes piden a los países ricos que no se sacrifique su desarrollo. Así consta en la nota que emitieron ayer, en la que reclamaron al G8 que reduzca sus gases un 45% en 2012 y un 95% en 2050, pero tomando como punto de partida las emisiones de 1990.