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PSOE: ideología y estrategia

El Congreso del PSOE ha terminado adquiriendo una notoriedad impensada, en parte porque la cúpula socialista ha creído necesario dar una respuesta al reciente 'centrado' del PP y en parte porque Rodríguez Zapatero ha decidido impulsar una amplia renovación de los cuadros dirigentes.

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En lo tocante al primer asunto el PSOE ha reconfigurado y redefinido su condición de centro-izquierda. Sin abdicar del pragmatismo ni de la ortodoxia, los socialistas han remarcado el carácter ideológico de la política económica. Dentro de ciertos límites, que son los que imponen los Pactos de Estabilidad y Crecimiento europeos, cabe un contraste entre el 'ajuste social', realizado con especial cuidado de no cargar el peso del problema sobre los sectores más desfavorecidos, y el 'ajuste duro', basado en la congelación salarial. En realidad, el margen de maniobra es estrecho, sobre todo si la crisis arrecia, pero es indudable que existen dos sensibilidades diferentes a la hora de abordar la cuestión.

El PSOE ha subrayado algunas de sus líneas maestras, aunque con extrema delicadeza para que no quepa hablar de radicalismo ni se produzcan carnazones en determinados sectores de la opinión pública. Se ha avanzado hacia la laicidad, aunque cautelosamente, y se ha abierto la reforma de la Ley del Aborto, aunque con gran prudencia y requiriendo primero el análisis de los modelos europeos y recabando el consenso con la oposición. Además se han hecho gestos hacia la inmigración, el reconocimiento del derecho al voto en las municipales y la designación de una inmigrante como secretaria de Integración en la Ejecutiva.

Pero sin duda el rasgo más relevante del Congreso ha sido una llamativa e intensa renovación, cuyo dato más elocuente ha sido la entronización de la jovencísima Leire Pajín, 31 años, como secretaria de Organización del PSOE. A su vez, José Blanco, su predecesor en el cargo, ha sido ascendido a la vicesecretaria general, vacante desde que la abandonó Alfonso Guerra. Con independencia del papel innovador que Pajín realice en el ámbito federal, es de suponer que una de sus preocupaciones principales versará sobre el agujero negro que el PSOE tiene en la Comunidad Valenciana. En cualquier caso, el relevo no ha sido traumático: los barones encuentran acomodo en el Consejo Territorial y la nueva Ejecutiva reúne a representantes de varias generaciones. Además, la selección no se ha hecho por 'familias', prácticamente desaparecidas, sino por edades, aptitudes y territorios.

El PSOE se ha reafirmado como partido de izquierdas, con incidencia en algunos temas polémicos y el énfasis en las políticas sociales, y lo ha hecho con una mayor madurez, propia de quien gobierna y ha de plegarse al realismo. Frente al socialismo de la legislatura anterior, que había de apoyarse por razones más coyunturales que ontológicas en formaciones radicales, esta izquierda que asoma tiene sumo cuidado en no herir sensibilidades ajenas. Es una socialdemocracia más solvente, que ahora deberá ponerse a prueba en el terreno económico, en el que las necesidades son muchas y las armas, escasas. Quizá por ello Zapatero sorprenda pronto con un relevo significativo al frente de la vicepresidencia económica.