Las empresas de mayor tamaño han solventado la crisis. / AP PHOTO
Economia

Las empresas se salvan de la 'crisis' por los extraordinarios pero baja su actividad

Las plusvalías les hicieron ganar un 9,2% en el primer trimestre pero sus ingresos apenas subieron un 2% El Banco de España alerta de los precios y pide «cautela» al Gobierno ante el «deterioro» de la recaudación

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Las empresas de mayor tamaño parecen haber salvado por ahora el temporal de malos datos que sufre la economía española desde principios de año, si bien ha sido a costa de tirar de resultados extraordinarios, es decir, aquellos ajenos a su actividad normal y centrados sobre todo en sus participaciones financieras.

Según la central de balances trimestral del Banco de España, que publicó este viernes sus datos, las 800 compañías no financieras más importantes del país ganaron un 9,2% más en tasa interanual durante el primer trimestre, casi tres que veces más que hace doce meses, cuando su mejora fue sólo del 3,6%.

Sus ingresos ordinarios, sin embargo, apenas subieron un 2%, en un claro síntoma de desaceleración en consonancia con el frenazo que sufren en su actividad casi todos los sectores, aunque de forma más acusada la construcción y el industrial, mientras que el negocio energético ha cobrado nuevos bríos gracias al fuerte encarecimiento del petróleo, del que se está aprovechando la rama de refino.

La cara negativa de esa apreciación de la cotización del crudo y, en general, de todas las materias primas, la está sufriendo la balanza comercial del país y, de forma más concretas, los propios hogares, que han visto como desde 2002 el coste de los alimentos se ha incrementado un 23% anual y el de los productos energéticos un 24%, si bien en el último año se han disparado a tasas cercanas al 40% y el 60%, respectivamente. El instituto gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez considera que los precios de estos componentes básicos del gasto de las familias permanecerán en niveles elevados a medio plazo, sobre todo en el segundo caso -que también afecta a las empresas-, debido a las limitaciones cada vez mayores que atenazan la oferta. En consecuencia, la «brecha» entre la inflación total y la subyacente (que excluye las dos partidas citadas) irá cada vez a más, según el Banco, tras superar los dos puntos, su máximo de los últimos ejercicios.

Aunque ajenas en apariencia a estas dificultades, un análisis más profundo revela que la producción de las grandes empresas que operan en España (excluidos bancos, cajas de ahorros y similares) sí se está resintiendo de esa subida de la factura de las materias primas porque sus costes externos han aumentado de forma significativa. De hecho, en buena medida están viviendo sobre todo de sus ahorros, financieros o inmobiliarios, pues fue la «revalorización» de esos activos o incluso su traspaso junto a las «fuertes plusvalías» logradas en las ventas de acciones -a las que recurrieron una cifra significativamente mayor de compañías que en periodos anteriores- la que les permitió elevar su beneficio final de forma «muy notable».

Ello, sin embargo, no impidió que su resultado ordinario neto descendiera un 6,3% entre enero y marzo, debido a que los gastos financieros crecieron «muy por encima» de los ingresos (un 26,7% frente a un 11,8%). Los costes de personal, no obstante, sólo aumentaron un 4,9%, menos que hace un año, porque la subida salarial media fue moderada y la creación de empleo se ralentizó, hasta el punto de apenas se incrementó un 0,8% en el período analizado (medio punto menos que en el primer trimestre de 2007), con mayor presencia en el fijo que en el eventual.

Caída de la producción

De esa desaceleración de la actividad empresarial se resintieron la mayoría de los sectores productivos, en especial los servicios de mercado, por el bajón del consumo, y la industria, cuya actividad cedió un 3,5% tras un último año de clara expansión. Los últimos datos estadísticos revelan que la producción industrial mermó un 5,5% en tasa interanual en mayo (ya corregidos los efectos de precios y calendario), su peor desplome desde diciembre de 2001, que se duplicó en los bienes de consumo. El retroceso en la inversión en bienes de equipo arrastrado desde principios de año también se dejó notar, junto a la atonía del sector exterior por la incertidumbre internacional y la crisis de la construcción, que también está lastrando al transporte de mercancías. El negocio energético fue el único que mejoró sus cuentas, aprovechándose de la escalada de precios del petróleo.

A este respecto, el Banco de España advierte que la crisis actual del crudo sólo es comparable con la de los años 70 y que la importancia del problema es grande, tanto que el aumento del déficit comercial hasta marzo se debió sólo a la factura energética, que supuso un 4,7% del producto interior bruto (PIB), un punto y medio más que doce meses atrás.

Horizontes negativos

Ante este horizonte negativo, el Banco recomienda al Gobierno que lleve «con cautela» la política fiscal ante el «deterioro» que ya está sufriendo la recaudación impositiva y que, según sus estimaciones, irá a más entre lo que queda de año y el próximo. Así, recuerda que el aumento de los ingresos, y con él del superávit público -al que Fernández Ordóñez cree que se dirá adiós en 2008, al menos, hasta 2010-, tiene un componente «transitorio» de una magnitud «considerable» en la coyuntura actual por la desaparición de los ingresos no recurrentes y la merma de los ordinarios. Esto se observó entre enero y mayo con una caída del 20% en las fuentes impositivas ligadas a los beneficios empresariales (impuesto de sociedades) y el consumo (IVA). Sobre este último punto, la Confederación Española del Comercio (CEC) confía en la fortaleza del efecto positivo de las rebajas para que las ventas del comercio minorista se recuperen y sólo desciendan entre un 4% y un 5% este año, la mitad de la caída acumulada que soportaban en el primer semestre.