Celebrarlo en la distancia

n este momento en el que usted se entretiene, al menos eso es lo que pretendo cuando se detiene a leer este «rinconcito» cada sábado, espero estar muy lejos de Cádiz. Si todo ha salido según el guión previsto, me encuentro desde el jueves en Lima, a punto de partir hacia otra ciudad peruana llamada Iquitos, la también conocida como puerta del Amazonas. No le quepa duda de que ya me habré enterado del futuro del Cádiz si es que el Comité de Competición ha tenido a bien estos días tomar una determinación con respecto a la denuncia del club cadista por alineación indebida del Hércules en el último partido de liga. Ya sabe lo que pienso al respecto y mi oposición a este tipo de acciones, sin embargo comprendo a la directiva cadista. No es lo mismo dirigir a un club que sólo quererlo. En mi caso me pierde el romanticismo de la época de mi abuelo, quien por cierto, si levantara la cabeza...tengo claro que se sacaría su carnet como siempre, tanto con el Cádiz en Segunda como en Segunda B pero seguro que lo de solucionar asuntos en los despachos no le haría gracia. Tampoco puedo negar que la idea de que nuestro equipo mantenga la categoría me produce un alivio enorme después de lo mal que lo hemos pasado. Además, las normas están para cumplirlas e, incluso la letra pequeña merece ser tenida en cuenta. Y no me olvido de añadir a esta historia el colofón que mi amigo el Yuyu se apresuró a imaginarse hace unos días. Como en la mesa no degustábamos ricos manjares en ese preciso instante, él empezó a pensar en una suculenta mariscada y fue cuando soltó: «ojalá el Racing de Ferrol salga también beneficiado con este jaleo para que cada vez que un gaditano pise suelo ferrolano, sea invitado al mejor marisco del mundo». Ojalá haya acertado.