ESPERANZADO. Antonio Muñoz sonríe antes de comenzar la rueda de prensa en la que confirmaba que el Cádiz recurrrirá el fallo de Competición. / NURIA REINA
Cádiz C.F.

El Cádiz recurrirá ante Apelación porque la resolución «no hay por donde cogerla»

Antonio Muñoz y los servicios jurídicos del Cádiz se muestran convencidos de llevar la razón y denuncian que «la decisión no se ajusta al Derecho» Creen que los jueces de Competición tenían tomada la decisión antes de fundamentarla y confían en ganar la batalla legal con el siguiente recurso

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El día comenzaba mal para los intereses del Cádiz. El fallo de Competición confirmaba lo que LA VOZ ya adelantó en su edición del jueves. La reclamación del Cádiz por alineación indebida era desestimada de forma oficial por el Comité de Competición y daba la razón a las alegaciones presentadas tanto por el Hércules como el Córdoba.

Entre algunos de los argumentos esgrimidos por los jueces de la competición aparecen datos que pueden caer como un jarro de agua fría para los profanos en la materia pero no para los doctos en ella. En resumidas cuentas, y tras siete folios de sentencia, la resolución da por correcta la alineación del jugador del Hércules Francisco Femenia Faz, Kiko porque, a su parecer, fue inscrito dentro de los plazos requeridos por la legislación. Pero he aquí el problema de raíz. Oficialmente, el juvenil del Hércules fue inscrito el 6 de septiembre, es decir, fuera de los plazos marcados por la FEF -que se rige por la FIFA-. Unos plazos que van del 2 de julio al 2 de septiembre y del 1 de enero al 30 de enero. Sobre esta base, y la petición del Hércules de inscribir a su jugador cuatro días después del plazo, el Cádiz monta su defensa. Para Competición, la petición del Hércules para la inscripción del jugador está dentro de los plazos al entender que la petición se queda a la espera de que se levate el siguiente plazo. Algo que choca frontalmente con la defensa jurídica del Cádiz, a la que acompaña multitud de informes de jurídicos prestigiosos en la materia.

Para el Comité de Competición el Cádiz no puede conseguir su propósito porque «no cabe considerar que una licencia expedida en septiembre no deba considerarse que está dentro del plazo que discurre entre el 2 y el 31 de enero, pues habría que entender que, a esos efectos, quedó la petición esperando y su validez pendiente hasta la fecha habilitada». Una idea que contrasta radicalmente con el posicionamiento de los intereses cadistas.

La primera reacción en las dependencias del club tras recibir el rechazo del Comité de Competición fue de lógica tristeza. Un estado de ánimo que no duró mucho en desaparecer. Rápidamente, los servicios jurídicos se pusieron manos a la obra y comenzaron a analizar la resolución publicada por el Comité de Competición. Y en ella, muy pronto empezaron a detectar argumentos cogidos con alfileres.

Ya por la mañana durante la presentación del nuevo secretario técnico cadista, el presidente del Cádiz avanzaba confiado que por la tarde convocaría una rueda de prensa para informar de que el club recurrirá ante el Comité de Apelación el fallo de Competición.

Ya a las seis de la tarde, y flanqueado por los jurídicos del club Martín José García e hijo, Muñoz se agarraba al Derecho para mantener que al Cádiz «le asiste la razón». Aunque «ya tenía la confianza de que no nos dieran la razón a las primeras de cambio ha sido sorprendente el contenido de la resolución», ironizó. Una sentencia que, según los directivos cadistas, se cae por su propio peso y que incluso le da más razones para seguir luchando en pos de que «se cumpla la reglamentación de la propia RFEF».

«Aberración jurídica»

Para reforzar su tesis, Antonio Muñoz afirmaba que con todos y cada uno de los expertos con los que llevan hablando durante estos días «no hemos encontrado a ninguno que nos diga que no llevamos la razón». Incluso se atrevió a pronunciar el nombre del abogado y ex consejero delegado del Cádiz, Moisés Israel, para recordar sus palabras. Y es que para cualquier entendido en la materia, la resolución «es una aberración jurídica».

La cuestión es clara para los dirigentes amarillos. «La resolución prácticamente admite que la alineación es indebida pero nos quiere confundir», alega. De he-cho, para Martín José García Marichal «han adoptado la decisión antes de fundamentarla cuando en Derecho hay que hacer justo lo contrario». Más lejos iba su padre, quien no dudó en afirmar que la «resolución no hay por donde cogerla». Con todo esto, es normal que los dirigentes cadistas estén «convencidos de llevar toda la razón por lo que llegaremos hasta donde tengamos que llegar».

Al margen del Derecho

Los argumentos jurídicos seguían cayendo por parte de Martín José García. Convencido de su defensa, clamaba que «la razón está de nuestra parte, se ha cometido una infracción y la resolución de Competición no se ajusta al Derecho». En esta línea, se quejaba de que no se puede decir que Kiko está inscrito porque la «norma de la LFP dice claramente que las inscripciones hay que hacerlas dentro de los dos plazos y el 6 de septiembre no está dentro de esos periodos».

También refuerzan su tesis aportando pruebas. En este caso, mostraron las fotocopias de las inscripciones de Bienve y Manu Barreiro. Dos peticiones que el Cádiz envió a la LNFP con la futura idea de que pudieran jugar en el primer equipo. En el escrito -fechado en 30 de enero- en el que la LNFS da su permiso para que Manu Barreiro pueda jugar en el primer equipo, se puede leer que dicho jugador puede jugar, aunque «ello sin perjuicio de las disposiciones reglamentarias vigentes relativas a la inscripción y alineación de jugadores». Una advertencia a la que el Cádiz se agarra para denunciar al Hércules por pasarla por alto. Y es que para Muñoz, «el desconocimiento de una norma no exime de su cumplimiento».

La indignación del letrado cadista con la resolución le lleva a decir que «se han dedicado a vestir al muñeco porque (la sentencia) no está fundamentada en Derecho». Una vez leída la resolución le reconforta porque «deja mucho que desear y nos da mucha esperanza de que nuestro recurso prospere en Apelación».