IRÓNICO. Solbes elogia la trayectoria de Pizarro. / EFE
ESPAÑA

Gobierno y PSOE ponen en duda que Pizarro sepa defender los intereses públicos

El PSOE utilizará el fichaje de Manuel Pizarro por el PP como elemento agitador de su campaña en Cataluña. El ex presidente de Endesa se opuso con fiereza a la OPA de la catalana Gas Natural sobre la compañía energética y los populares lo apoyaron con el argumento de que tras la operación subyacían tan sólo intereses políticos del Gobierno. Ahora, los socialistas creen que la oración se vuelve por pasiva y que la incorporación del empresario a la candidatura de Mariano Rajoy demuestra que fue el principal partido de la oposición quien obró sin transparencia.

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«Parece -criticó la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega- que el Partido Popular quiere volver a la política de los amigos, de tan infausto recuerdo».

Gobierno y PSOE repitieron al unísono el mismo mensaje: Pizarro se ha quitado la careta. Incluso el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, ironizó sobre su decisión y le dio la bienvenida «porque pasa a hacer política con luz y taquígrafos, no como hasta ahora, entre bambalinas». Con todo, fue el único en su partido que reconoció sus capacidades como profesional. Lo definió en la cadena Ser como una persona de «calidad reconocida» en el ámbito financiero y empresarial y un «buen conocedor también de la Administración Pública».

La secretaria socialista de política económica y empleo, Inmaculada Rodríguez Piñeiro, fue menos elogiosa. Aseguró que fue uno de los «artífices» de las privatizaciones llevadas a cabo en la época del PP, y que consiguió el puesto de presidente de Endesa «de la mano de Aznar»; una actividad que le reportó, dijo, 15 millones de euros. «¿Es esta la realidad de la mayoría de las familias por las que supuestamente ahora se va a preocupar?», ironizó.

'El hombre apagón'

El portavoz del partido en el Congreso, Diego López Garrido, añadió que, en caso asumir la vicepresidencia económica, estaría «muy hipotecado» porque tendría que abstenerse de tomar decisiones que afecten a muchas empresas por las que pasado, como Endesa, Telefónica o Ibercaja.

Pero la más suculenta baza de los socialistas contra el nuevo número dos de Rajoy es la animadversión que puede provocar en el electorado catalán, primordial en las generales.

Ya le han bautizado, no en vano, como el hombre apagón, en referencia al caos sufrido este verano en Barcelona. También CiU y Esquerra se sumaron a esta ofensiva.