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Expertos advierten del aumento de casos de violencia de género a través de internet en Cádiz

En la provincia se han duplicado los casos de jóvenes y adolescentes que denuncian sufrir este tipo de acoso

maría almagro
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Comencemos por un caso real. Un chico, unos 16 años, le exige a una chica, de 15, con la que está saliendo que, como prueba de amor, le envíe una imagen íntima donde se muestre «sexy». Una vez que la tiene, no se conforma. Quiere más. Si no consiente mantener relaciones sexuales con él, le advierte de que publicará esa foto en redes sociales o que la enviará por Whatsapp a su grupo de amigos. Esto él lo califica como prueba de amor, ella no para de llorar tras la coacción y sufre una fuerte crisis de ansiedad.

Víctimas cada vez más jóvenes y la Red como vía para ejecutar el maltrato. Cada vez son más los casos de este tipo de violencia de género -catalogada ya como ciberdelincuencia de género- que están llegado a psicólogos, abogados, policías, expertos y centros de atención de la mujer.

Los agresores se sienten capaces de hacer daño a través de las redes y utilizan estos canales como la mejor arma para cometer los abusos.

El nuevo modelo de comunicación no sólo ha cambiado la forma que tenemos de enviar o recibir información e imágenes, sino que también ha transformado los usos sociales y personales. Se está viendo en todos los ámbitos: en el laboral, en el ocio, pero también en lo social. Y aquí, ocurre como en todo. Las herramientas según se utilicen pueden ser buenas, ayudar al progreso, a la evolución, la comodidad, la sociabilidad, o, muy por el contrario, servir de parapeto de quienes las utilizan para otros fines tan dañinos como el relatado.

«El machismo es muy inteligente y se adapta a todas las vías», comenta Pepi Moreno, coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Cádiz. «Las nuevas tecnologías suponen nuevos riesgos y por ello hay que actuar. Es como si pensaran que en el mundo virtual pueden actuar de otra forma que en el real». Precisamente, desde el IAM alertan que el número de casos de este tipo de ciberdelincuencia está creciendo en la provincia de Cádiz, tal y como ocurre en el resto de España.

Así, concretan que en un año las atenciones a víctimas de este tipo de maltrato se han multiplicado por dos. De una decena a casi una treintena, una cifra que sólo corresponde a este centro de ayuda, a lo que habría que sumarle las denuncias presentadas ante la Policía, o los casos que llegan hasta los asistentes y psicólogos que se dedican a esta atención.

Un lenguaje 'obligatorio'

Estos nuevos atentados (mayoritariamente hacia la mujer) al principio parecían corresponder al traslado a la sociedad virtual del machismo de nuestra sociedad física, de manera que delitos de género habituales podrían estar adoptando una nueva forma de ejecución. Pero, tal y como avisan los expertos, se ha comprobado que es algo más complejo y grave ya que actualmente se ataca como nunca antes - en mayor cantidad y peor- el derecho al honor, la intimidad y la imagen de las víctimas. Esta circunstancia afecta especialmente a las más jóvenes que suelen estar más adaptadas, tanto ellas como su círculo, a estos tipos de lenguajes. «Para muchas de ellas ya no es opcional comunicarse a través de las redes sociales si quieres estar en contacto con el resto de tus amigos».

Según detalla el Instituto Andaluz de la Mujer a nivel regional, el 20% de las consultas que reciben sus profesionales son a menores de 30 años. Jóvenes que suelen ser nativas tecnológicas, es decir, que utilizan las TICs como medios naturales de comunicarse.

Por este incremento en el número de casos se precisaba una reacción urgente para establecer un plan de actuación específico. Así la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía y el IAMhan puesto en marcha un protocolo contra esta ciberdelincuencia de género, una iniciativa andaluza pionera en España que esta semana se presentó en Cádiz con el que se trata de diagnosticar y tratar casos como el control permanente a la pareja a través de las redes sociales o del móvil, la suplantación de la personalidad en dichos canales, o las amenazas por hacer públicos contenidos muy íntimos, por ejemplo.

Para la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Miriam Alconchel, el texto responde a esta necesidad. «Una herramienta nueva para un machismo nuevo». La guía, que quiere ser distribuida entre todos los colectivos implicados, establece las pautas a seguir para la detección y actuación ante cualquier señal de alarma.

Así, una de las partes fundamentales de este protocolo es la detección a tiempo. Para conseguirlo, en todos los formularios de atención, ya sea psicológica, jurídica o social, se recogen parámetros descriptivos que ayuden a diagnosticar con exactitud el problema, si se trata o no de ciberdelincuencia. Además, en la guía se aporta para los especialistas y técnicos un glosario con más de 200 palabras para poder entender de qué le están hablando las víctimas: 'nick', 'sexting', 'phising'... son algunas de ellas.

Por otro lado y para defender a la mujer agredida se dan una serie de parámetros de seguridad informática. Es decir, para que ella misma sea capaz de manejarse sin riesgos por la Red y también de cómo gestionar esa información para luego poder utilizarla en su defensa.

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