La apertura de comercios cae un 40% y sigue ligada a una baja supervivencia

Imagine que ha perdido de vista Cádiz por cinco años. Seguro que cuando vuelva a la que es su ciudad miraría con ojos nuevos todo lo que le rodea. Buscaría cómo han cambiado las calles, los edificios nuevos, el paisaje reconvertido. Seguramente, de lo primero que haría sería contemplar cómo ha quedado el nuevo puente terminado. Y, en algún momento, se daría cuenta de cómo han mudado las aceras de la ciudad en lo que a locales comerciales se refiere. Porque si repasa mentalmente, sin necesidad de viaje alguno, se dará cuenta de la cantidad de tiendas, peluquerías o bares que ha visto ir y venir en su barrio o calle.

Los últimos datos que maneja el Ayuntamiento reafirman este problema y otro más: las licencias de apertura han caído en la ciudad en torno a un 40% de un año a otro.

Concretamente, el Consistorio concedió un total de 489 licencias en 2013 y pasó a otorgar 294 licencias de apertura en 2014. Un descenso que sigue marcado por la realidad anteriormente dispuesta: muchos de los nuevos establecimientos que abren no llegan a sobrevivir en el tiempo y se ven abocados a cerrar.

Esa es una de las interpretaciones que se desprenden del análisis de las licencias de apertura otorgadas por la institución municipal en los últimos cuatro años (a falta de 2015 que al estar todavía en curso no se puede conocer el balance final), pero no es la única. En el lapso de 2011 a 2014, fue 2013 el mejor año en lo que a la petición de licencias se refiere. De las 489 que se otorgaron, 441 fueron para actividades comerciales e industriales inocuas (como puede ser una tienda de ropa). De ellas, 258 eran autorizaciones, 72 transmisiones, cinco ampliaciones, 14 informaciones, dos denegaciones, cinco duplicados de licencia y un certificado. Por otra parte, las actividades calificadas (aquellas que necesitan informes por posibles molestias o insalubridad) fueron 48 expedientes: 31 licencias, 20 transmisiones, 3 duplicados, 42 informaciones, 17 ampliacioones solicitadas y seis concedidas.

Por contra, el peor año registrado fue el de 2014, justo el que empezó a dar síntomas de mejoría económica en distintos sectores. Ese año, Urbanismo del Ayuntamiento tramitó 294 licencias. De ellas, 246 fueron con declaración responsable y control posterior (calificación similar a la de actividades inocuas tras un cambio en la ley) y 48 fueron de actividades calificadas. Así las cosas, en el lapso de un año se produjo un descenso de casi el 40% en la tramitación de este paso indispensable para iniciar una actividad comercial.

El año 2014 fue el que se cerró con peores datos desde el inicio de la crisis. De hecho, en 2011 fueron 452 las licencias tramitadas (357 actividades comerciales inocuas y 95, calificadas). Al año siguiente, en 2012 fueron 418 las licencias realizadas (359 fueron de actividaes inocuas y 59, calificadas).

En cualquier caso, en la capital el problema radica principalmente en la escasa supervivencia que tienen los locales comerciales. Esto, se debe en buena medida a la escasa variedad de los establecimientos que se abren y la ausencia, en ocasiones, de un estudio de mercado sobre el entorno del negocio que arranca. Así las cosas, los emprendedores se encuentran en ocasiones con comercios similares cercanos a él y con mayor trayectoria o escasez de demanda de su actividad comercial. Son importantes escollos que llevan a muchos empresarios a desistir en tiempos de crisis y cerrar.

Precisamente, de ese duro paso atrás, el de rendirse, no existen estadísticas tan claras como las licencias de apertura, esas que se solicitan con el deseo de ser para muchos más años y prosperidad.