Solo el 11% de los divorcios se saldan con custodia compartida de los hijos

Ni en la causa se ponen de acuerdo unos y otros: ¿es un problema cultural o educacional? ¿ Quizás la disyuntiva es si es un conflicto de origen social o legal? Sin embargo, la consecuencia sí está clara si se atiende a los últimos datos disponibles de divorcios. La custodia compartida no es, ni de lejos, la opción preferente en aquellas separaciones en las que existen menores. Todo ello, cuando parece que sí es la opción recomendable tanto para el menor como los padres (y como ya ha avalado alguna sentencia del Tribunal Supremo), pero dista mucho de convertirse en la decisión mayoritaria. Así, solo en el 11% de los casos de divorcios los progenitores de la provincia optan por la custodia compartida.

Eso supone que, de los 1.346 divorcios con hijos, solo 149 acabaron con esta opción que implica repartir la custodia de los menores a tiempos iguales entre ambos progenitores.

Los datos son los últimos que el Instituto Nacional de Estadística ha publicado para la provincia de Cádiz y son un balance del año 2013. En ellos, se aprecia una leve tendencia a la subida, si se compara a años anteriores. De hecho, la cifra crece lentamente, pero está lejos de ser la opción preferente; como pretende conseguir una Ley nacional que lleva años atascada. Así, después de que la cifra creciera desde el año 2007 (cuando solo era un 7,2%) al 2011 (cuando pasó al 8,9%), en 2013 la cifra se ha situado en el 11%. 

En los últimos datos disponibles, de los 2.348 divorcios que se produjeron, 1.346 era con hijos a cargo de la pareja. Tras la separación, en 1.140 casos la custodia fue para la madre y en 54 divorcios para el padre. Unas cifras que no contentan especialmente a José Antonio Caparrós, responsable de la asociación Custodia Compartida Cádiz y presidente de la Federación Andaluza por la Defensa de la Igualdad Efectiva, Fadie. «¿Qué está ocurriendo en la provincia, que solo hay 54 padres buenos que se merecen la custodia de sus hijos?», se pregunta Caparrós. 

«La custodia compartida es la mejor opción para los menores y que conste que no quiero plantear esto como una guerra entre hombre y mujeres, es un problema del sistema», considera el padre divorciado. Un sistema que, de momento, parece que no cambiará. Y eso que el Gobierno diseñó un anteproyecto de Ley de Custodia Compartida con la idea de convertirla en la opción preferente. Sin embargo, la medida no ha encontrado el apoyo de los colectivos implicados. «Hemos conseguido frenarlo porque, aunque avanza en temas económicos, no creemos que lo haga en la calidad de vida de los menores», reconoce Caparrós. De hecho, cree que de salir adelante la Ley se crearían «conflictos constantes» al impedir acceder a la custodia compartida a padres sobre los que pese una denuncia por violencia de género, salvo aquellos casos en los que también pese una denuncia sobre la madre. «Además, excluye a los abuelos», sentencia Caparrós.

¿Qué hacer con la vivienda?

Por su parte, Esteban Gómez Paullada, de EGP Abogados, se muestra crítico con la actual legislación y la que podría venir: «Hacer una reforma que imponga por Ley la custodia compartida en los casos de divorcio y rupturas no solucionará el problema. A mi entender es cultural y de educación, de mala regulación legal y de deficiente funcionamiento de la Administración de justicia».

De hecho, el abogado va más allá al analizar porqué no funciona el modelo que debería ser el mayoritario. «Este país carece absolutamente de cultura en cuanto a custodia compartida y tenemos un déficit de educación a este respecto. Tanto los hombres como las mujeres han sido, o hemos sido, educados de espaldas a esta realidad y hoy día se sigue asociando custodia a triunfo en el proceso», matiza.

A eso se suma el evidente problema con la vivienda tras el divorcio para el que Paullada apuesta por una reforma del artículo 96 del Código Civil. «Debe ser reformado estableciéndose la venta obligatoria de aquélla para favorecer que ambos progenitores pueden rehacer en condiciones dignas sus vidas». Y es que leyes, cultura, educación o vivienda podrán ser las causas pero, de momento, lo único cierto es que a la custodia compartida dista de ser lo habitual en Cádiz.