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Griezmann celebra uno de sus goles en San Mamés - REUTERS
Athletic-Atlético

Griezmann se doctora en San Mamés

Consigue un triplete para la remontada del Atlético ante un Athletic que fue mejor en la primera parte. Arda también estuvo en plan estelar. El árbitro concedió un penalti inexistente a los madrileños

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El campeón de Liga superó el primer escalón de una cuesta de enero que ha empezado en diciembre. Tras una primera parte atacado de hipoxia, remontó un duelo áspero gracias a la inspiración de Arda y Griezmann, genial el turco en la comprensión del juego y el francés en la ejecución de las ocasiones. Con el nuevo año llegará el cruce de Copa con el Madrid y el duelo liguero con el Barcelona, que sin duda marcarán su camino para el resto de la temporada. El Athletic, entretanto, sigue buscando su lugar en un torneo en el que va a tirones.

[Narración y estadísticas del Athletic-Atlético]

El Atlético fue el primer equipo en «profanar» el nuevo San Mamés en un partido oficial, con su triunfo en Copa del Rey del curso pasado, que luego repitió en Liga cuando estaba luchando por el título.

Un campo, por ahora, propicio para los de Simeone, que a última hora no pudo contar con Miranda, aquejado de una sobrecarga muscular. Salió en su lugar Giménez, talismán en el centro de la defensa durante la racha de partidos en que el brasileño estuvo lesionado. El uruguayo volvió a hacer un buen trabajo. Sin Koke y Mandzukic por sanción (Saúl y Griezmann salieron en su lugar), y con la segunda equipación de estreno –gris claro tirando a blanco, en su día hubo polémica al respecto–, el equipo se mostró reconocible, pero menos que su rival en el primer acto. El choque nació revolucionado y así continuó hasta las últimas consecuencias.

En el toma y daca el cántaro se rompió en el área visitante, que recibió un gol de los que suele fabricar. Una falta sacada por Susaeta con efecto endiablado la remató de cabeza Mikel Rico. No permitió el Athletic que los madrileños se recuperaran del golpe, llegando a cada cruce de caminos una décima de segundo antes. Con Muniain hiperactivo en ataque y defensa, Aduriz peleando cada balón como si le fuera la vida, cada metro cuadrado se convirtió en terreno vedado. Solo Arda ponía un toque de distinción en las filas del Atlético, mientras el once bilbaíno fue un puro arrebato. Poco antes del descanso Aduriz perdonó el segundo cuando los fieles ya lo cantaban. Se escapó como un tiro hacia el área, recortó a Giménez y, cuando remató, le tapó Siqueira in extremis.

Un partido nuevo

El fútbol tiene estas cosas. Bastaron treinta segundos de la segunda parte para que el Atlético recondujera una situación que pintaba muy fea. Fue una jugada extraña, que nació con un tuya-mía de patio de colegio en el centro del campo y acabó con una buena triangulación entre Arda, Raúl García y Juanfran, que centró para que Griezmann cabeceara de forma impecable al fondo de la red. Siete minutos después, Tiago se dejó caer en el área ante San José, el árbitro compró la mercancía y Raúl García marcó de penalti. Estupefacción general. Un partido nuevo surgido casi de la nada.

El toque de corneta del Athletic no se hizo esperar, enfadado porque su ventaja se había esfumado en las citadas circunstancias. Muniain sufrió un peligroso cruce de cables e hizo una entrada feísima a Giménez en banda; ya habían tenido desavenencias en la primera parte. El uruguayo cazó después a Guillermo. Con el duelo en el sótano, los madrileños montaron un contragolpe marca de la casa: Gabi puso un balón largo a Griezmann, que aprovechó el resbalón de Gurpegui para irse solo ante Iraizoz, al que batió a placer. La sentencia llevó también la firma de Griezmann, que tras un remate de Raúl García recogió el rechace en fuera de juego y marcó a puerta vacía.

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