Relevo en la Juanta de Andalucía

Susana Díaz desafía a Ferraz y se atrinchera en la oposición hasta las próximas autonómicas

La presidenta andaluza se propone ser jefa de la oposición y la próxima candidata, mientras en el federal insisten en un fin de ciclo

Susana Díaz, ayer en la primera comparecencia pública que realiza desde el pasado 11 de diciembre JUAN FLORES

Antonio R. Vega

Después de un mes alejada de los focos, Susana Díaz reapareció este viernes en una comparecencia pública en la sede regional del PSOE vestida con una chaqueta verde pantone, el color de la bandera de Andalucía, la Comunidad que ha presidido durante cinco años y en la que aspira a quedarse como jefa de la oposición al gobierno de Juanma Moreno en coalición con Ciudadanos.

« Es lo mínimo que tiene que hacer un dirigente cuando gana , aunque no pueda formar gobierno», dijo espantando las primeras voces disidentes que se abren paso en Andalucía y para que su mensaje se escuche también en la sede socialista de Ferraz, donde se habla sin tapujos de un fin de ciclo tras la pérdida del poder.

A su lícita aspiración de liderar la oposición, el delegado del Gobierno en Andalucía y miembro de la Comisión Ejecutiva Federal, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis , opuso, apenas minutos después de que Díaz se pronunciara, otro «dato objetivo e incontestable»: «Se ha cerrado un ciclo, ya que el PSOE, que ha gobernado durante 36 años, previsiblemente a partir de la semana que viene no lo hará».

Susana Díaz no se va: «Si hubiese perdido, me habría ido«

Frente a quienes en la dirección federal cocinan a fuego lento y con sigilo su recambio, la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta en funciones de la Junta manifestó su «voluntad» de quedarse el tiempo que haga falta. Al menos hasta las siguientes autonómicas. El relevo no será nunca antes de las elecciones municipales de mayo, donde la primera prueba de fuego son unas listas que deberán integrar a los «sanchistas», que no tuvieron ningún hueco en los comicios andaluces.

No cree que tarde mucho en romperse la alianza de PP y Cs, con el apoyo a la investidura de Vox, al que se refirió como «la ultraderecha» . El futuro gobierno, cuya legitimidad reconoce, está instalado en «la inestabilidad de no saber cuando nos vamos a enfrentar a unas elecciones». De la supuesta debilidad de sus adversarios, Díaz saca la fortaleza para atrincherarse en Andalucía, en contra del deseo de la dirección federal. Desde el PP-A ayer le replicaron que es Díaz quien trata de escapar de su «propia inestabilidad» interna y niega la incertidumbre.

Rodeada de su equipo de confianza, integrado por el vicepresidente Manuel Jiménez Barrios, el portavoz del Gobierno, Juan Carlos Blanco , los consejeros José Fiscal y Rodrigo Sánchez Haro y la secretaria general del partido en Sevilla, Verónica Pérez , la presidenta se reivindicó como presente y futuro del PSOE andaluz. «Evidentemente» quiere ser la próxima candidata a la Presidencia de la Junta para «recuperar» el Gobierno que ha perdido tras 36 años y medio. Para ello deberá pasar por un proceso de primarias, que podría no ser un paseo militar como 2017, cuando no tuvo rival.

«Es mi responsabilidad, que además coincide con mi voluntad», subrayó cuando los periodistas le preguntaron si iba a concurrir a los próximos comicios. En sus cálculos no está cambiar el Palacio de San Telmo por un puesto simbólico para un político en tiempo de descuento, como es el Senado. « No quiero ser senadora por la comunidad . Sólo quiero estar al frente del grupo parlamentario para ejercer una oposición responsable que cuanto antes nos devuelva al gobierno de Andalucía», advirtió. «Yo siempre he estado a disposición del partido desde que era chica», añadió poco después.

«No me voy»

Los periodistas le recordaron sus palabras en el debate que mantuvo en mayo de 2017 con Patxi López y Pedro Sánchez en el proceso de las primarias del PSOE federal donde el actual secretario general acabó derrotándola contra todo pronóstico. Entonces Susana Díaz aseguró que «si conmigo no mejoran los resultados electorales y no hay remontada electoral, yo me iré sin hacer ruido, sin fracturar al PSOE».

Los suyos han sido los peores resultados cosechados por los socialistas desde que gobiernan la comunidad. Remontada no ha habido, pero afirma que ha ganado con una mayoría insuficiente de 33 escaños y un millón de votos. «Si hubiese perdido me habría ido. Pero se han juntado dos partidos de derechas con otro de extrema derecha para desalojar al PSOE», se justificó. Es más, sacó pecho por la amarga victoria, que analizó con los ocho secretarios provinciales al día siguiente de los comicios: «La gente se sorprende de que cómo es posible que hayan estado 36 años ganando».

Díaz apeló al millón de votantes que confiaron en sus siglas para no dar un paso atrás y ejercer el tiempo que haga falta como «dique de contención de esa extrema derecha» . Tuvo otro recado para Ciudadanos, su antiguo socio, que «no quiere votar con Vox en el Parlamento». «Lo que vale para la investidura debe valer para gobernar», dijo. A Moreno aún no le ha llamado ni para preparar el relevo, traspaso que ha encargado a su vicepresidente. «En cuanto lo elijan lo felicitaré». Tendrá que esperar hasta el miércoles.

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