PLENO DEL PARLAMENTO

Susana Díaz ataca a Moreno por la «bestial» sentencia de la Gürtel y minimiza casos de corrupción del PSOE

Moreno plantea una bajada del IRPF y carga contra Ciudadanos por entregar «cheques en blanco» a la Junta

Susana Díaz, este jueves en el Parlamento andaluz EFE

ANTONIO R. VEGA

La corrupción, como el infierno, son los otros. Como escribió el filósofo Sartre, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, está convencida de ello y lo demostró en una jornada parlamentaria que estuvo contaminada por el terremoto político de la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la Gürtel y la sombra de una moción de censura contra Mariano Rajoy.

En una breve declaración ante los periodistas, nada más concluir su interpelación parlamentaria, la mandataria socialista calificó de « brutal, bestial y lamentable para este país » la resolución que condena a Bárcenas a 33 años por blanqueo y al PP, a pagar 245.492 euros por lucrarse del entramado empresarial de Francisco Correa. Pocos minutos antes, había minimizado otro caso de corrupción que ha estallado durante esta legislatura.

La portavoz del grupo Podemos, Teresa Rodríguez, le preguntó por qué no utiliza la Ley General de Subvenciones para «paralizar todas las subvenciones de las consejerías» a la Fundación Guadalquivir, vinculada a ex dirigentes del PSOE cordobés, que se nutría de subvenciones de la Junta y cobraba mordidas a sus propios trabajadores . «No puede confundir pedir reintegros [de ayudas] con corrupción», le contestó Susana Díaz, que defendió que está «reclamando subvenciones conforme a la ley».

Ante la nube de periodistas que aguardaban sus palabras como agua de mayo tras una sesión descafeinada, Susana Díaz no quiso mojarse sobre si el PSOE debe presentar una moción de censura tras la sentencia asegurando que no le corresponde a ella hacer la oposición del partido. «Ya se sabe perfectamente qué pasó hace un año», dijo en referencia a su derrota en las primarias para llegar a la Secretaría General del PSOE , que ganó contra todo pronóstico Pedro Sánchez.

A la misma hora, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, abandonaba a paso acelerado el Parlamento evitando incómodas preguntas de los periodistas sobre el tema tabú. A su secretaria general le tocó dar la cara y repetir el mensaje oficial del partido sobre esta sentencia.

Como suele ser habitual, dentro del salón de Plenos, hubo un choque de trenes entre Susana Díaz y Teresa Rodríguez, que irremediablemente derivó en el clásico «y tú más». La líder de la formación morada consideró peor la corrupción socialista que la del gobierno conservador. Mientras «el PP recibe sobres del Ibex, miembros de su partido político se han beneficiado de sobres de personas necesitadas y esto es peor». «¿Que no es corrupción llevarse dinero de los trabajadores para sus lujos, para que le limpien el piso o le hagan masajes a miembros de su partido político ? Si esto no es corrupción, ¿cuál es su concepto de corrupción?», le recriminó Rodríguez.

«¿Que no es corrupción llevarse dinero de los trabajadores para sus lujos, para que le hagan masajes a miembros de su partido?»

La mandataria andaluza le devolvió el golpe recordando que cuando ha gestionado dinero público como europarlamentaria, «que ha sido poquito», su gestión no ha sido «impecable» porque ha pagado « desde multitas de tráfico de su colega hasta el material de campaña ». «Nunca le voy a consentir que ponga en cuestión la honestidad de mi gobierno y de ningún diputado de mi partido en esta Cámara», proclamó.

La corrupción volvió a colarse en el Pleno en el cara a cara entre Susana Díaz y Juanma Moreno, a pesar de que su pregunta en la sesión de control a la presidenta estaba centrada en la negociación de los próximos presupuestos autonómicos para 2019. La actualidad manda y este jueves no era el mejor día para hablar de corrupción, tras la sentencia-bomba de la trama Gürtel.

Como en años anteriores, Moreno le tendió la mano a la mandataria andaluza para negociar las cuentas y aprovechó para lanzar algunos dardos a Ciudadanos, con el que compite por el mismo caladero electoral. Faltan diez meses para la batalla de las autonómicas y ya se percibe esa ansiedad en la atmósfera política. «No le ofrezco cheques en blanco, para los cheques en blanco ya está su socio». En este contexto, planteó una bajada de 1,5 puntos en el tramo autonómico del IRPF y «otros beneficios fiscales», rebaja que Cs quiere proponer al PSOE de cara a las próximas cuentas.

El dirigente del PP sacó los números de lo que llamó «la mala gestión» de Susana Díaz, como los 1.690 millones de euros en inversiones «que se han dejado de gastar» o los 165,6 millones «que nos va a costar a los andaluces la negligencia del Nevada », en alusión a la sentencia del Supremo que obliga a la Junta a indemnizar al promotor del centro comercial de Granada por paralizar la obra.

El caso Gürtel estuvo sobrevolando el debate. La presidenta lo utilizó para desacreditar las críticas del dirigente del PP, al que acusó de seguir «en su laberinto del adelanto electoral» . «De responsabilidad no le voy a hablar porque no creo que es el día», dijo la primera vez. Fue más explícita en su segunda réplica: «¿Ha escuchado la radio antes de venir hoy? Porque para hablar de responsabilidad no es el presidente del PP quien debe hablar».

La corrupción no salió de la boca de Juan Marín, el líder de Ciudadanos, uno de los pocos que podría hablar del asunto sin lastres del pasado dada su inexperiencia en la gestión pública. Marín optó por plantear que se cree un grupo de trabajo para negociar un pacto andaluz por la educación , un compromiso recogido en el pacto de investidura con el PSOE que no se ha cumplido y que pocos visos tiene de hacerlo teniendo en cuenta que a la legislatura le quedan diez meses mal contados.

Más preocupado tal vez por los términos del acuerdo de confluencia con Podemos que del debate, el portavoz de IU y uno de los mejores oradores que tiene el Parlamento no tuvo su día más lucido. Antonio Maíllo acusó a Díaz de asumir la «lógica neoliberal» de la actual Política Agrícola Común (PAC). La presidenta del Ejecutivo andaluz le afeó su «machismo trasnochado» y de caer preso del «síndrome de Marinaleda».

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