La presidenta de la Junta este sábado durante su entrada en el Congreso Federal del PSOE
La presidenta de la Junta este sábado durante su entrada en el Congreso Federal del PSOE - EFE/SERGIO BARRENECHEA
BALANCE

Susana Díaz: dos años de promesas incumplidas

La presidenta se vuelca en Andalucía y da un giro a sus políticas y a su Gobierno pero se olvida de 12 leyes que había anunciado hasta ahora

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El compromiso de Susana Díaz de comparecer dos veces al año durante su mandato en el Parlamento para dar explicaciones tiene una complicación añadida. La presidenta se ve obligada a hacer muchas promesas que, luego, no siempre puede cumplir. Así ha ocurrido en los dos años que lleva al frente de la Junta de Andalucía:muchas promesas... y muchos incumplimientos.

La semana pasada, Susana Díaz ha querido hacer borrón y cuenta nueva. Pasadas las primarias y su fallido traslado al PSOEfederal, la presidenta andaluza quiere pasar página y para ello ha tomado una serie de decisiones políticas que pretenden inaugurar una nueva etapa en su trayectoria al frente de la Junta. El cambio de Gobierno ha sido la más mediática pero su verdadera declaración de intenciones la hizo el miércoles 7 de junio en su comparecencia en el Parlamento.

Durante más de una hora, Susana Díaz desgranó más de treinta medidas que va a poner en marcha en estos próximos seis meses.

El argumento que el Gobierno andaluz repite como un mantra es que hay que aprovechar la recuperación económica para crear empleo y ampliar derechos a los andaluces. Bajo esta premisa, Susana Díaz ha cambiado el tercio de su gestión política con respecto a los dos años que ya han pasado y ha prometido una serie de medidas concretas, centradas sobre todo en cuestiones económicas, programas de incentivos y ayudas para empresas, autónomos, innovación y desarrollo industrial. Eso junto a otro paquete de contenido social en el que las propuestas estrellas han sido la bonificación de las matrículas universitarias y la puesta en marcha de una renta mínima de inserción social. Iniciativas que han sido bien acogidas pero que habrá que verificar si se llevan o no a cabo.

Toda esta política de comunicación, esta estrategia de dar la vuelta como un calcetín a la Junta de Andalucía, no ha hecho olvidar a los grupos de la oposición que hay muchos asuntos que se han quedado en el camino. Por mucho que se empeñe el Gobierno andaluz, la legislatura dura cuatro años y los dos primeros tienen un balance bastante discreto, y eso siendo generosos.

Así, hay hasta doce leyes que la presidenta de la Junta había convertido en bandera de sus primeros años de gestión pero que se han quedado olvidadas en un cajón. O casi. En su investidura, Susana Díaz prometió, entre otras cosas, la modificación de la Ley de Igualdad, una norma que, según algunos grupos como Podemos o Izquierda Unida, se ha quedado antigua y no protege a todos los andaluces por igual. Nada se ha hecho desde junio de 2015.

Las medidas anticorrupción son las más demandadas por los grupos de la oposición, empezando por Ciudadanos. La creación de una Oficina de prevención del Fraude y la Corrupción en Andalucía, fue también una promesa de su debate de investidura que volvió a reiterar en su comparecencia de marzo de 2016, y en la de octubre y en la del pasado 7 de junio. Pues bien, hasta esta pasada semana no se ha llevado a exposición pública el decreto que va a crear esta oficina, que no será un ente independiente sino un organismo dentro de la Consejería de Hacienda. Y no empezará a funcionar hasta el próximo mes de enero.

No se sabe nada del Plan de Lucha contra el Fraude Fiscal que Susana Díaz aseguró iba a elaborarse en el primer trimestre de 2016. La llamada Ley de acceso de los beneficiarios públicos y medidas contra el fraude, también se ha quedado en papel mojado, así como la Ley del Buen Gobierno. El PP acaba de presentar una iniciativa similar en el Parlamento que se va a debatir y a la que el PSOE ha presentado una enmienda puesto que se incluye la limitación de mandatos en ocho años para la Presidencia de la Junta. Los socialistas proponen que un expresidente pueda volver a presentarse siempre y cuando hayan pasado cuatro años desde su último mandato.

Bandera verde

La Ley del Cambio Climático es un caso bastante paradigmático. Susana Díaz la defendió durante todo el año 2016 como una muestra del ecologismo de su Gobierno. Una mirada a la izquierda que, sin embargo, sólo se ha quedado en eso por el momento. Como ahora su estrategia pasa por tratar de arañar votos a Podemos, el pasado 7 de junio volvió a prometer que remitrá esta Ley al Parlamento una vez pasado el verano. «Se trata de una norma única en España», asegura cada vez que la nombra.

Las leyes sociales tampoco han salido adelante. La presidenta andaluza ha prometido la Ley de Vida Saludable (prevista para prevenir y evitar la obesidad) que sólo tiene un anteproyecto que se aprobó en octubre. Pero de ahí no ha pasado. La misma situación tiene la Ley de Infancia y Adolescencia que se quedó en un anteproyecto aprobado en febrero de 2017.

Mucho más curioso es el caso de la Ley de Movilidad Sostenible que Susana Díaz prometió en el Debate sobre el Estado de la Comunidad en octubre de 2016 a pesar de que el anteproyecto se había aprobado en septiembre de 2014. Tampoco ha pasado de ahí.

En su última comparecencia ha optado por leyes que necesitan mucho menos presupuesto para llevarlas a la práctica. Así ha anunciado una Ley del Cine y otra Audiovisual de Andalucía. Ambas para antes de que finalice el año. Habrá que esperar.

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