Los secretos de la cocina del Palacio de San Telmo

Cada día, un cocinero prepara un menú para el presidente y los altos cargos que le sirven en sus despachos

Montaje de la sección de Diseño de ABC para ilustrar este reportaje ABC

Stella Benot

El enorme Palacio de San Telmo no tiene comedor pero sí una cocina que se custodia como si fuese un arma secreta . Todo lo contrario de lo que sucede, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Sevilla donde hay una noble sala llamada vulgarmente Comedor —su nombre oficial es de los Montpensier por la colección de cuadros— pero no tiene cocina, aunque allí se han servido almuerzos a altos dignatarios que han visitado la ciudad. En este sentido, uno de los edificios públicos andaluces que mejor está dotado es el antiguo Hospital de las Cinco Llagas donde se ubica el Parlamento andaluz que tiene cocinas, comedor y hasta una barra para tomar una tapa cuando el tiempo apremia. Claro que esa es otra historia porque se trata de una concesión administrativa gestionada por una empresa mediante concurso público y cada cual paga sus consumiciones.

La sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía tiene una cocina perfectamente equipada con su cocinero, un auxiliar y dos ordenanzas de la casa que están adscritos a la misma. Está pensada para dar servicio al presidente o presidenta andaluz y cerrada al público ya que tampoco se enseña en las visitas culturales y no han permitido a ABC hacer una fotografía de su interior ni facilitar información alguna al respecto. Se ubica muy cerca de del despacho oficial del presidente, exactamente frente a la sala del Consejo de Gobierno en la primera planta, en la zona noble. Allí se cocina a diario la comida que se sirve al presidente, el vicepresidente y algunos de los altos cargos que trabajan en la casa. También sirve un café o un refresco a las visitas ilustres que pasan por el más alto edificio institucional de la comunidad andaluza. En algunas ocasiones, el presidente invita a alguna persona a comer.

El menú

Cada día se prepara un único menú compuesto por dos platos que se cocina con fruta y verduras de temporada. Son frecuentes las patatas con choco, el pescado guisado o el puchero, además del gazpacho y el ajoblanco que dicen que es una de las especialidades del chef, quien tiene buena fama. Llama la atención, por cierto, que prácticamente no sirvan pollo, no se sabe si porque en algún momento se dio una orden en ese sentido que el Gobierno del cambio no ha revocado. Si alguno de los altos cargos a los que está destinado esta comida está enfermo o delicado y necesita dieta blanda, el cocinero tiene una atención y prepara alguna comida especial. Pero no es lo habitual.

Sobre las once de la mañana, el auxiliar de la cocina pregunta cuántas personas van a almorzar en esta jornada ya que se procura que se cocine lo que se va a consumir. Los viernes suele ser el día más tranquilo ya que la mayoría de los altos cargos o bien no están en San Telmo o bien se marchan a sus respectivas provincias nada más que terminan de trabajar. Y a partir de las tres de la tarde, empiezan a circular los carros de la comida por los pasillos de San Telmo.

Porque tanto el presidente (ahora Juanma Moreno pero antes Susana Díaz, José Antonio Griñán y Manuel Chaves que tenía el mismo servicio en la Casa Rosa donde estuvo la sede de la Presidencia durante las obras en San Telmo) comen en sus respectivas dependencias. Los demás almuerzan en sus despachos; los de mayor rango en una mesa auxiliar preparada para el lo; los que tienen menos sitio, en la mesa de reuniones.

El cambio de Gobierno también ha llegado a la cocina ya que hasta ahora el suministrador oficial era una cadena valenciana pero desde primeros de año han optado por el proveedor del conocido programa televisivo Masterchef.

El problema es quiénes tienen derecho a este servicio de cocina

Uno de los principales problemas que tiene la gestión de este comedor es que su uso no está regulado por ninguna norma interna de la Junta. Está pensado para dar servicio al titular de la Presidencia —que no va a salir a almorzar fuera todos los días de trabajo y sería mucho más caro y complicado trasladarlo a un restaurante o encargar la comida— y también de la Vicepresidencia de la Junta que tienen sus despachos en San Telmo. El problema es quienes más tienen derecho a este servicio de cocina. ¿Todos los altos cargos? ¿Hasta qué rango? ¿Qué personal de los gabinetes que trabajan en el Palacio? ¿Algún alto funcionario de la casa?

Según ha podido saber ABC, en el Gobierno de Susana Díaz la media de comensales no sobrepasaba nunca las diez personas. La presidenta, el vicepresidente y sus más altos cargos. Eso los días que no viajaban, lo mismo que sucede ahora.

En el nuevo Gobierno es una incógnita. Sí que ha habido rumores de que la demanda de esta comida se había desbordado por la cantidad de personal que la solicitaba, un exceso que, según parece, se ha cortado de raíz volviendo a los usos y costumbres anteriores. El personal que trabaja en San Telmo tiene un «office» en la planta baja, junto a los jardines, donde dispone de máquinas de bebidas y neveras similares a los que hay en cualquier centro de trabajo.

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