Pisos a pie de playa de Matalascañas, en la provincia de Huelva
Pisos a pie de playa de Matalascañas, en la provincia de Huelva - CH. GARCÍA

Los okupas se ceban con las casas de la playa en la costa andaluza

Las provincias de Huelva y Málaga acumulan el mayor número de viviendas usurpadas a sus dueños, según los administradores de fincas

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Las vacaciones de verano de algunos andaluces pueden empezar del modo más desagradable del mundo: viendo cómo en su residencia de verano hay okupas. Es la denuncia del Colegio de Administradores de Fincas de Huelva. Allí, aseguran, han notado un notable incremento de «okupaciones» de residencias de playa. Coinciden desde Málaga, con varios municipios de la Costa del Sol afectadas. También en Cádiz, aunque allí hacen una salvedad: los okupas prefieren los grandes núcleos urbanos por delante de las localidades del litoral.

El problema, que nadie se atreve a cuantificar, afecta sobre todo a las segundas residencias en núcleos de población de las localidades de costa en las que menos vida hay durante el invierno. Urbanizaciones aisladas en calles donde pasa poca gente, promociones de entidades bancarias...

Son el objetivo de los okupas que buscan casa junto al mar.

La sensación de quienes viven en esas zonas y de los administradores de fincas es que el problema ha crecido exponencialmente en los último años. Tanto, que hay urbanizaciones en Málaga de algo más de 200 viviendas donde 30 o 40 son ya de los okupas. Lo cuenta el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, Fernando Pastor.

«Hay una urbanización de lujo en Marbella, junto a los mejores campos de golf de Andalucía. Parte de la construcción son pisos bajos con un jardín de 200 metros cuadrados. Pues una vez se metió un okupa y se llevó allí su caballo. Lo tenía viviendo en el jardincito», explica Pastor.

Sin embargo no es Marbella la población con mayor número de okupas. «Como hay gente casi todo el año, es más difícil que entren en las viviendas», razona Pastor. Las zonas más afectadas por este problema son Estepona, Manilva o Mijas.

Pero el del caballo en un jardín no es el único caso llamativo. En Huelva se ha hecho tristemente famosa la urbanización Los Montecillos, en Isla Cristina, donde los vecinos conviven con dos parejas de okupas y sus 25 perros. «Estamos muy solos al combatir este problema que se ha convertido ya en una verdadera lacra», explica el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Huelva, David Toscano.

Desde este organismo han denunciado el caso ante el Defensor del Pueblo Andaluz y puesto en su conocimiento las circunstancias que apareja la okupación de una casa: «defraudaciones de agua, luz y teléfono; daños al mobiliario público; alteraciones en la seguridad ciudadana con ruidos a altas horas de la noche; uso de las zonas comunes o la falta de limpieza e insalubridad en las comunidades».

Pisos de bancos

Nadie está libre de que le okupen el piso de la playa, pero, advierten los profesionales de la gestión de inmuebles, el peligro mayor está en los inmuebles que tienen los bancos. Lo denuncian en Huelva y coinciden en la provincia de Málaga.

El perfil de estas viviendas es casi siempre el mismo: se construyeron en la época del boom inmobiliario y tuvieron una difícil salida al mercado. O bien se vendieron muy caros y los propietarios los perdieron o bien nunca se vendieron. El resultado es el mismo: casas -a veces urbanizaciones enteras- que están casi sin protección o vigilancia durante el invierno. En verano tienen algo más porque están rodeadas de veraneantes, pero cuando llega el frío suelen ser páramos sin vida. Terreno abonado para los okupas, que además saben que los bancos son más lentos actuando contra ellos.

«Es que además hay mafias», explica Rafael Trujillo, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cádiz. «Tienen listas de los pisos que son de entidades bancarias y hasta se venden las llaves de los pisos okupados entre ellos», detalla. «Pueden costar de 800 a 1.000 euros». No acaba ahí: «Meten a menores de edad en las casas y ahí ya sí que es imposible echarlos», añade Trujillo.

Justo en Cádiz el problema de la okupación es menor en la costa y mayor en la capital o en Jerez de la Frontera. En la capital se concentra en La Laguna o en la barriada de La Paz, explica Trujillo. En Jerez, en Teodoro Molino o Vistalegre. «Pero en realidad el fenómeno se ha extendido y ya se ve en casi cualquier barrio», apostilla el administrador de fincas.

En Almería, fuentes del Colegio de Administradores de Fincas de la provincia confirman que también se viven este tipo de problemas en la costa, aunque en menor medida que en otras provincias andaluzas.

Un protocolo

«El fenómeno de la okupación de pisos», explica Trujillo, «se da porque hay dueños de pisos que no hacen nada». Coinciden también en el resto de las provincias costeras los administradores de fincas.

Para este colectivo, la solución pasa por establecer un protocolo de actuación tanto para los dueños de los inmuebles como para la Policía. Para ello se reunieron recientemente con la subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos, quien apostó por una mayor colaboración y coordinación con jueces y fiscales para agilizar todo el proceso. De momento, sin embargo, los okupas tienen en la costa andaluza un destino privilegiado: poca vigilancia y muchos pisos vacíos.

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