Fadoua, la peligrosa yihadista que se financiaba en Málaga

Formada en el manejo de armamento de guerra, es una de las terroristas más buscadas por Europol

Detención del marido terrorista que le enviaba dinero desde Siria SALVADOR SALAS

J. J. MADUEÑO

Fadoua Hassad nació el 15 de agosto de 1982 en Marruecos. Era una chica normal, hasta que algo se quebró. Hubo un momento trágico en su vida que la hizo cambiar. No se sabe si fue en Marruecos o cuando ya estaba viviendo en España , pero los investigadores que le siguen la pista saben que esa tragedia «íntima y personal» fue la que le hizo vulnerable al radicalismo. Buscó a Alá como consuelo y el extremismo la acabó convirtiendo en una de las yihadistas más peligrosas y buscadas de Europa, según Europol. En ese proceso colaboró presuntamente su marido, un frutero marroquí de 35 años asentado en Málaga, que financió su viaje para enrolarse en las filas del autoproclamado Estado Islámico (Daesh) . El hombre fue detenido por ello el pasado lunes 23 de abril.

Cuando se encerró en la religión, Fadoua se volvió hermética en sus relaciones. Su dogmatismo religioso fue cada vez más estricto , hasta llegar a convertirse en una salafista. En el barrio de la Trinidad de Málaga, donde está la frutería y vivió la pareja, la recuerdan siempre tapada con el niqab, un velo que cubre el rostro, normalmente negro, y que se usa como parte del hiyab, un vestido del mismo color que cubre hasta los pies. Los vecinos de la calle Eugenio Gross, donde trabajaba el detenido, dicen que la mujer no se relacionaba con nadie y que no hablaba. Su actitud le llegó a granjear fricciones a nivel personal.

Un mentor, en un momento dado, tuvo contacto personal con ella y la introdujo en la yihad.

Estaba bajo la influencia de las corrientes más radicales del islam. Había contactado con las ideas del Daesh a través de las redes sociales. Primero se acercó de forma virtual, hasta que un mentor, en un momento dado, tuvo contacto personal con ella y la introdujo en la yihad. Las fuentes obvian las fechas de este proceso para no dañar la investigación. «Es la fórmula más común. El caso de Fadoua es paradigmático para los casos de radicalización de las mujeres», aseguran fuentes de la investigación.

Su reclutador fue un joven palestino de 25 años que era un mando intermedio del Daesh. El chico le abrió las puertas del yihadismo. Fadoua había estado sufragando los movimientos de este terrorista por Europa entre 2015 y 2016. Tras conocerse, abandonó a su esposo en Málaga y se fugó con el hombre al que llama «marido» en las redes sociales. El objetivo era entrar en Siria y combatir. En febrero de 2016 se marchan a Grecia, para luego pasar a Turquía con la esperanza de entrar en Siria. Se quedaron en la frontera, mantenidos por el esposo de la terrorista que llegó a mandarles más de 3.000 euros desde Málaga para su aventura. «Debe haber algo de connivencia ideológica para que siguiera pagando, pero no sabemos realmente por qué lo hacía», explican las fuentes.

Regreso a Málaga

Mandaba hasta 700 euros al mes, hasta que cortó el mecenazgo. Entonces Fadoua regresó a Málaga. «Hay dos hipótesis sobre esto: que lo hiciera para reagruparse, recoger cosas que tenía en Málaga y volver a marcharse o que se viera obligada porque no tenía donde ir», señalan las fuentes. En noviembre de 2016 se vuelve a marchar de Málaga y el esposo paga otra vez el viaje con 6.000 euros más. «Aún no está cerrada la cuantía que aportó, pero eran personas humildes y es mucho dinero», apuntan las fuentes. Va a Italia evitando ser rastreada y se reúne con el palestino para ir a Grecia y luego a Turquía para entrar en Siria y ser una «combatiente extranjera».

En Siria no es solo la mujer de un muyahidín, sino que entra en combate, como acreditan sus redes sociales. Fadoua Hassad «no es un miembro segundario, ni sumisa». Exhibe con orgullo los regalos de su «marido en el Daesh», posa con armas en sus redes sociales y se hace fotos en el campo de batalla. No es un apoyo al hombre, sino «una guerrera a la que gusta su faceta bélica». Toma un papel protagonista en la organización e intenta reclutar a otras esposas para los muyahidines, una labor fundamental ya que Daesh ha llegado a tener incluso brigadas de mujeres mártires.

Lo hace sin perder de vista a España. «No vierte amenazas concretas contra España, pero siempre recuerda que es de Al-Ándalus y que es tierra musulmana», explican fuentes de la investigación, que señalan a Fadoua Hassad como una de las grandes amenazas para la seguridad nacional porque «ha demostrado que es capaz de moverse por Europa con total libertad», pese a que pesan sobre ella tres Órdenes Internacionales de Detención (OID).

La amenaza es seria ante esta «fanática», porque ha mostrado interés por la violencia y está entrenada en el manejo de armas. «Le gusta la batalla y se vanagloria de ella. Su eventual regreso a España sería catastrófico », subrayan las fuentes consultadas, que siguen trabajando de forma ardua para que la próxima vuelta de Fadoua Hassad a Al-Ándalus sea para dar con las rejas de una prisión.

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