INUNDACIONES EN MÁLAGA

La solidaridad también se desborda en Campillos

Miles de personas responden a la llamada de auxilio de un municipio arrasado por una brutal tormenta entre la noche del sábado y el domingo

Limpieza en uno de los centros educativos de Campillos ABC

J.J. Madueño

El cielo descargó con violencia casi 400 litros entre la noche del sábado y el domingo en Campillos. Una noche infinita que dejó un paisaje desolador y un bombero fallecido en las labores de ayuda. «Teníamos la moral hundida» , recuerda el alcalde Francisco Guerrero. En medio de la madrugada, los vecinos acudieron a ver cómo estaban sus familiares y amigos.

En algunos casos, como a Alberto Pacheco, el agua le llegaba al pecho. Estaba atrapado en una escalera con su hija de ocho años cuando fue rescatado. Perdió todo el mobiliario de su casa, pero su familia y amigos se volcaron, como todo Campillos. La gente salió a la calle. El arroyo Rincón se había desbordado y lo anegó todo, pero los vecinos se calzaron las botas de goma y se enfundaron los guantes. Había que recuperar el pueblo .

Saltan de sus casas a las de sus vecinos. Limpian sin descanso. Las patrullas de voluntarios parten cada mañana dispuestas a recuperar aquellas calles que les robó la riada, parte de esas vidas que están bajo el barro. Luchan sin descanso, codo con codo, con la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los efectivos del Infoca, que han cambiado los trajes ignífugos por los de agua. «Ya hay un 70 por ciento de las calles limpias» , reconocía el regidor, que agradece que esa ola de solidaridad haya crecido.

Legión de voluntarios

Un grupo de guardias civiles voluntarios o los militares que se esperan este fin de semana, pero también personas anónimas que no han permanecido apáticos ante la tragedia. «Hasta ha venido un chico francés a ayudar», señala el alcalde.

Las necesidades son muchas. Ropa, mantas, comida, material de limpieza, productos de aseos personas y mano de obra, que llegan en autobuses dispuestos a hacer olvidar la riada . A recobrar la normalidad de un pueblo devastado. Llegan de los municipios cercanos, pero también de otras partes de Andalucía. Dos manos que poner en el tajo. La oferta de faena es tal que el Ayuntamiento se ha quedado sin material. «Necesitamos botas, palas, cepillos grandes para quitar el barro y guantes para todos los voluntarios» , explica Guerrero, que ve como la solidaridad también se ha desbordado.

Empresas de muebles están donando mobiliario para las casas afectadas, otras de construcción o pintura donan recursos y la gente reparte aquello que puede. Cuando no había agua un grupo de amigos de Sierra de Yeguas cargó sus coches con paquetes de botellas y los repartió entre los afectados. No son los único. La llamada concluyó con palés cargados de botellas para los vecinos almacenados en el mercado.

Camiones de ayuda

Lo mismo pasó cuando se pidió ropa para aquellos que lo habían pedido casi todo. « La ayuda llega en camiones . Estamos hablando de miles de kilos de comida y ropa», explica Antonio Gallardo, trabajador municipal que lleva empleado en las labores de recuperación desde la tormenta. Incluso la Diputación de Málaga ha instalado un puesto de campaña para repartir productos d e primera necesidad .

Se están recuperando los servicios públicos. El consultorio médico fue anegado, pero ya funciona. Este jueves comenzarán los niños en uno de los colegios, el resto siguen limpiando sus aulas y patios. El objetivo es volver a las clases el lunes . El mayor problema está en el abastecimiento de agua, donde una de las tuberías de la red está destrozada y requiere una complicada reparación que tardará, al menos, una semana. Mientras tanto, siguen los repartos con cubas en aquellos domicilios donde no llega el agua corriente tras la debacle.

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