ACCIDENTE

El sargento Campos, «un peligro» con extrañas amistades

Los vecinos de Tolox narran una trayectoria conflictiva del guardia civil en prisión por el accidente mortal de Málaga

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Los vecinos de Tolox en Málaga conocen al sargento Campos, en prisión provisional desde el pasado jueves por el accidente que provocó, un día antes, la muerte de tres personas en la A-7 a la altura de Torremolinos. Miguel Campos fue jefe de puesto de la localidad durante cuatro años y, según los vecinos, se granjeó la enemistad de buena parte de los ciudadanos por sus prácticas y prepotencia. Las quejas se amontonaban ante sus superiores. El pasado jueves fue enviado a la cárcel tras detectarse que conducía ebrio y que había dado positivo en cocaína tras el siniestro. Fue, supuestamente, el causante de un accidente mortal que ha hecho reverdecer un turbio pasado en el que, según los vecinos, «siempre iba puesto».

En la lista de hechos que se le atribuyen está el abuso de autoridad, consumo de drogas o agresiones. «Era el sheriff de pueblo», asegura Martín Sánchez, que pidió una orden de alejamiento tras un altercado por una canción de carnaval. «Me tocó a mí, que no la había escrito. Me preguntó quién había sido y le dije que me dejara en paz», asegura Sánchez, que no esperaba la reacción del guardia civil. Según la denuncia, lo zamarreó y empujo delante de todo el mundo. «Cuando llegué a casa nos estaba esperando. Me agarró y casi me saca por la ventanilla del coche. Salieron los vecinos y todo se calmó, pero volvió una y otra. Estuvo hasta las 5.00 horas llamando al portero, dando voces y golpeando la verja», explica el agredido, que temía a «un hombre que tiene armas».

Es sólo uno de los episodios de este agente, sobre el que circulan varias leyendas negras. Los vecinos cuentan como cuando tomaba café en el bar dejaba la pistola reglamentaria encima de la mesa. «Era la autoridad», remarca Miguel Gallardo, presidente de la asociación de carnaval de Tolox, que narra como en una ocasión entró en un bar del municipio con el chaleco antibalas y dos agentes con las «Zeta» para cachear a un borracho que había en la barra. «Parecía un control antiterrorista», remarca Gallardo, quien detalla la afición por las armas del sargentoCampos, ya que «alardeaba de armas de caza, un subfusil y catanas». La ira del pueblo de 2.000 habitantes la desató cuando en la procesión del patrón comenzó a poner multas que iban hasta los 30.000 euros por cumplir con la tradición de tirar cohetes.

«Tenía muchos conflictos, no sólo con los vecinos. Dos compañeros se dieron de baja psicológica bajo su mando», señala Martín Sánchez. En el pueblo nadie quiere que vuelva, pero Miguel Campos ha pedido destino para regresar, según los vecinos, que temen que quiera venir a ajustar cuentas por las denuncias que les pusieron. «Está enfermo y es un peligro», espeta Miguel Gallardo. La Asociación Unificada de la Guardia Civil desgranó tras el accidente parte de los problemas generados por este agente conocido como «El Polilla». Apodo del que se sentía «orgulloso», según escribe en sus redes sociales, por ser el sobrenombre que reciben los hijos del Cuerpo que entran en la Academia de Valdemoro con 16 años.

El sargento «Polilla» causó un accidente en 2014 en Mijas, donde se dio a la fuga para no pasar los controles de alcoholemia, según la AUGC. No fue el único incidente. La agresión a Martín Sánchez se suma a otro enfrentamiento, esta vez, con un Policía Nacional en el que, según la AUGC, llegó a amenazar con el arma reglamentaria. Finalmente, fue cesado del puesto de Tolox y enviado a Horcajo de los Montes en Ciudad Real. «Anda Ciudad Real, ahí llevas el regalito», lo despedía la toloxeña Carmen López en redes sociales, que explica las amistades peligrosas del agente Campos.

«Era amigo y protegido del exalcalde Juan Vera y también del capitán Francisco Gutiérrez, 'El Albondiguilla'», explica esta vecina. Ambos conocidos están en prisión por diferentes motivos. Juan Vera fue condenado por varios delitos contra la ordenación del territorio a 45 meses de cárcel y volvió a ser condenado a ocho años de inhabilitación por delitos urbanísticos en febrero de 2016. «Le protegía. Las quejas llegaban a la Comandancia de Málaga, pero cuando se ponían en contacto con el Ayuntamiento les hacían un informe favorable y quedaba todo resuelto», apunta Sánchez. La amistad se escenificaba en el día de El Pilar. Según Gallardo, el de la Patrona de la Benemérita era un día grande del municipio con discursos en el centro del pueblo, desfiles y reparto de medallas a los vecinos afines.

«Cuando fuimos a denunciar la agresión a Martín lo hicimos directamente en Málaga, porque no queríamos pasar por Coín», asegura Gallardo, que añade que cuando estaban en Málaga los llamó la Guardia Civil de Coín para pedirles que pasaran por allí a hacer la denuncia. «No fuimos porque era una encerrona. Si íbamos allí nos pasaría como a otros vecinos a los que le 'sugirieron' que no lo hicieran». «El capitán y el sargento se repartían por aquel entonces regalos, como las invitaciones a las monterías», asegura Miguel Gallardo, que señala a que el «Polilla» estaba protegido por Francisco Gutiérrez, también conocido como «El Tamagochi», y condenado por ser el líder de una red que robaba droga decomisada a los narcos, tras la detención y antes de que se hiciera el acta judicial.

Amistades peligrosas y una vida de excesos. Los vecinos creen que l as tres muertes «se podrían haber evitado». La AUGC fue la primera en criticar la «forma opaca» con la que se había llevado desde la Comandancia de Málaga las fechorías del sargento Campos. Los vecinos aseguran que debería haber estado «quitado de la circulación» desde hace tiempo. En su actual puesto en Casariche (Sevilla) los problemas continuaban y ya ha sido cesado y suspendido de funciones. Por su parte, la Benemérita estaría intentando su expulsión, aunque para ello necesita «una sentencia firme» que no llega, en parte porque el sargento Campos recurre todas las decisiones judiciales. «Está muy bien relacionado. Se comportaba como si fuese un semidios o algo parecido», recuerda Miguel Gallardo.

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