Cultura

San Juan «escribe» de malos tratos e inmigración

El sacerdote malagueño Rafael Pérez Pallarés hila historias anónimas reales con los escritos del apóstol

El autor del libro «A piel de calle», Rafael Pérez Pallarés, en la presentación del libro ABC

Isabel Ruiz

Buscar la similitud entre el Evangelio de San Juan e historias reales con un toque de actualidad es lo que el periodista y sacerdote de la Diócesis de Málaga Rafael Pérez Pallarés ha relatado en su primer libro, «A piel de calle» . Una novela de 39 pasajes y con el mismo número de lugares en los que la fe va guiando a cada uno de sus protagonistas. Un relato que Pérez Pallarés considera «vanguardista» y capaz de cautivar a todos los públicos , capaz de ayudar a «conocerse a uno mismo», a quien decida sumergirse en él.

La obra «cabalga entre lo real y lo ficticio», una analogía que expresa «cómo ese amor hacia Dios y esa vinculación a la fe» puede ayudar a las personas a sobreponerse de las dificultades que se pueden plantear. Para Pérez Pallarés «las alegrías, sufrimientos, sueños, dramas y esperanzas del ayer son las mismas que las de hoy, pero con connotaciones culturales diferentes».

A través de experiencias espirituales, Pérez Pallarés ha construido un relato que traslada al lector a diversos escenarios, entre ellos el maltrato a la mujer, el adulterio, la inmigración en las costas españolas o la homosexualidad; todos ellos entrelazados y desarrollados a través de historias anónimas que se reflejan «en el teatro de la imaginación y la espiritualidad». Vidas y experiencias que convergen en «un proceso vital; formado parte de un crecimiento interior y de maduración, de la ilación propia del Evangelio» .

Los personajes de la obra «buscan la verdad» para así encontrar la libertad y el descanso que ofrece la fe. En «A piel de calle» se narra la historia de un hombre que acude a un prostíbulo, pero finalmente su mujer le perdona . En el Evangelio, Jesús afirmó: «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra» sobre una mujer que cometió adulterio y a la que quisieron lapidar. Asimismo, se cuenta la vida de un locutor de radio que es ciego, pero contiene «mucha luz dentro»; la de un matrimonio que tiene un hijo enfermo con un cáncer terminal; así como la de un chico homosexual que no sabe cómo contarlo y vive con su pareja heterosexual, que «finalmente no consigue romper su condición». Diversas historias de personas «que nos podemos cruzar todos los días».

Los lectores disfrutarán y aprenderán de la obra de manera diferente, según el conocimiento que tengan sobre el Evangelio de San Juan, al igual que si creen en Dios. La obra ofrece distintos estratos, tal y como asegura Pérez Pallarés, quien describe que «A piel de calle» posee «una narrativa bella con una profundidad concreta», permitiendo a quienes conocen este evangelio canónico descubrirlo y entenderlo mejor , debido a las simbologías a las que el autor hace referencias. Mientras quienes desconocen este apartado del Nuevo Testamento «les resultará llamativo o les descolocará un poco».

En la publicación hay mucho del autor, tal y como ha confesado, pero también de otros escritores que le gustan o estrofas de canciones. Los textos del apóstol no son la única fuente de inspiración de este sacerdote , que se dejó inspirar por sucesos acontecidos en los últimos años como la crisis migratoria o el asesinato de Jacques Hamel, un sacerdote francés al que el Estado Islámico quitó la vida.

Y sobre sus vivencias, experiencias e invenciones, Pérez Pallarés hila historias con validez atemporal. Plantea situaciones que en la visión del autor sobre el Evangelio «ilumina esas realidades», que acabarán siendo un reflejo de las propias vivencias que haya podido tener el lector, quien podrá encontrar la figura de Jesús en cada uno de los capítulos de la obra .

Pérez Pallarés reveló que la parte más complicada de novela fue su creación y producción. «Fraguar las historias no fue siempre fácil. Encajarlas todas en una» asegura a este periódico el autor, quien ofrece su visión sobre la vida y la teología que tiene como sacerdote católico. Unas páginas en las que «creo, recreo y me invento» historias con un trasfondo de fe, reales.

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