ENTREVISTA iNUNDACIONES

«Hay que resaltar la solidaridad y el trabajo altruista de la población de Campillos»

Álvaro Martín Molina es el comandante del batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplazado a Campillos tras las riadas del pasado fin de semana

El comandante Martín Molina recibe las novedades de sus hombres durante los trabajos de recuperación J.J.M.

J.J. Madueño

Entre la noche del sábado y el domingo, casi 400 litros sembraron el caos en Campillos, un municipio del interior de Málaga que vio con estupor como una riada se llevaba todo a su paso. Sobre las 13.00 horas del domingo el II Batallón de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) fue activado en la base de Morón de la Frontera (Sevilla). Llegaron esa misma tarde bajo el mando del comandante Álvaro Martín Molina, que puso 85 hombres y 35 vehículos a trabajar. El lunes ampliaron los efectivos a 201 soldados y 68 medios con Policía Militar, Logística, Mando y Control y Sanidad. Mientras coordinaba a sus hombres atendió a ABC para hacer una evaluación de lo vivido.

¿Qué fue lo que se encontraron el domingo?

La dirección de la emergencia, que corresponde al Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) de la Junta, nos asignó la zona de Campillos porque necesitaba más refuerzo, pese a que había medios del Consorcio de Bomberos y el Infoca. Nos encontramos lo habitual en este tipo de catástrofes. Escombros, vehículos arrastrados por las aguas, lodo, tierra, casas inundadas, coches arrasados y los servicios esenciales cortados. La localidad nos recibió de muy buen grado. Hay que resaltar la solidaridad y el trabajo altruista de la población de Campillos. No sólo para recuperar sus propias casas, sino también en apoyo de sus vecinos afectados.

¿Cómo fue el recibimiento?

Nos trasmitían un sentimiento de esperanza. Nosotros veníamos a complementar a los medios locales y autonómicos que ya estaban trabajando, porque en este tipo de desgracias, tan puntuales y con tantos litros en un período tan corto de tiempo, cualquier recurso es escaso. Agradecemos esa mirada en la que quieren pensar que podemos solucionar el problema. Eso es enriquecedor, pero veníamos a complementar la emergencia y a arrimar el hombro como uno más. Nos agrada que nos esperen con los brazos abiertos.

¿Con qué medios están trabajando?

Sobre todo, recursos humanos. Tenemos vehículos bomba de media y gran capacidad para achichar agua. Las máquinas de ingenieros con pala empujadora y para poder extraer tierra y remover todos los escombros arrastrados por la inundación. Luego también las herramientas manuales del personal.

En relación a otras intervenciones, ¿cómo catalogaría lo sucedido?

Cada catástrofe tiene un tiempo y un lugar. Las inundaciones, debido a las lluvias torrenciales, en esta zona han causado mucho destrozo. Han provocado la alteración de la vida normal de los ciudadanos, pero cada catástrofe tiene su riesgo y su peligro. Lo más triste de esta emergencia es haber sufrido el fallecimiento de un compañero del Consorcio de Bomberos como José Gil.

Cuando llegaron había previsión de más lluvia y el arroyo seguía desbordado, ¿cómo se lidia con eso?

Estaba bien planificado por el 112. A través de las previsiones meteorológicas nos informaron de que existía ese peligro de que se volvieran a repetir esas lluvias torrenciales, tanto aquí como en la costa. Ponderamos los recursos para poder atender todas las emergencias. La borrasca estaba localizada en Málaga, pero se fue diluyendo y se metió mar adentro. Eso nos facilitó las tareas de coordinación y poder volcar el esfuerzo en la zona Campillos.

¿Dónde han actuado?

La UME en Campillos y sus alrededores. Al llegar, reconocimos la zona de Sierra de Yeguas y Teba, pero nos quedamos en Campillos. Luego el lunes por la mañana hubo que derivar algunos medios de intervención a Bobadilla (Antequera).

¿Qué es lo más importante a la hora de afrontar una emergencia así?

Nosotros llegamos a una catástrofe que llevaba tiempo con el dispositivo activado. Era muy importante la coordinación con los medios que estaban trabajando en la zona. Nos facilitó mucho el trabajo que el puesto de mando avanzado del GREA tuviera perfectamente identificado, junto con el Ayuntamiento, cuales eran los trabajos iniciales y prioritarios. Eso es fundamental para poder entrar a trabajar con eficacia y poder obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible.

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