Especie invasora

María Altamirano: «En los fondos marinos donde el alga asiática está muy asentada ya no se puede hacer nada»

La profesora fue la primera en identificar el alga que está devorando los fondos de todo el Mediterráneo andaluz

La profesora María Altamirano, con un pliego de Rugulopteryx Francis Silva

Fernando del Valle

Investigadora de la Universidad de Málaga y presidenta de la Sociedad Española de Ficología , María Altamirano Jeschke fue la primera en identificar el alga asiática cuando en 2016 empezó a colonizar el Estrecho. Cuatro años después, pendiente su inclusión en el catálogo español de especies exóticas invasoras, para lo que ha desarrollado el análisis de riesgos, Rugulopteryx okamurae «tapiza» hectáreas de nuestros fondos marinos llegando a Almería, lamina capturas pesqueras y afecta a la imagen de las playas amenazando buena parte del Mediterráneo.

¿A qué se debe la rapidez con que se propaga este alga?

A su estrategia reproductiva. Un solo ejemplar es capaz de desarrollar cientos de nuevos individuos clónicos que al ser liberados en el agua forman nuevas poblaciones. Es un ejército de clones imparable.

¿Se tiene constancia de cómo llega hasta aquí?

Viene de las costas de Corea China, Japón, Filipinas y Taiwan. Sólo puede haber llegado utilizando un vector de transporte marítimo. Las macroalgas suelen usar los cascos de los barcos o las aguas de lastre, las que usan los buques para mantener la flotabilidad. La primera es hipótesis poco plausible: se hubiera desprendido por el camino y hubiera sufrido cambios ambientales fuertes. Un experimento realizado por nuestro equipo recreó las condiciones de oscuridad en la que viajan las aguas de lastre y demostró que en ellas Rugulopteryx podía sobrevivir más de tres semanas. Teniendo en cuenta el intenso tráfico marítimo del Estrecho se puede sospechar que las aguas de lastre podrían haber sido su puerta de entrada.

¿Qué implicará que sea al fin considerada especie invasora, caso de que así sea?

Que las administraciones estarán obligadas a actuar sobre la gestión de la especie. También se prohibiría suposesión, transporte, tráfico y comercio, con excepciones por razones de investigación, salud o seguridad de las personas, o con fines de control y erradicación, pero nunca con fines comerciales.

También la UE parece dispuesta a involucrarse en el problema.

Los modelos de predicción nos indican que buena parte del Mediterráneo puede terminar siendo invadido por la especie y el Gobierno español tenía la obligación de comunicarlo a la UE. Es importante porque su catálogo de invasoras, aunque más corto que el español, es de ámbito comunitario y sería la primera especie de alga de ese listado europeo.

¿Ha sido demasiado lenta la administración en afrontar el problema?

Con las especies exóticas invasoras, nunca se es suficientemente rápido. Ni en la detección ni en la respuesta. El proceso administrativo de inclusión en el Catálogo es largo y puede ser lento, pero no debería ser impedimento ni excusa para que las administracioens competentes, entre ellas rlas regionales, comiencen a actuar frente a la especie desde el primer momento.

¿Ha habido dejación por parte de la Junta?

Me consta que la Junta tuvo información sobre su presencia desde el primer momento, y entonces no actuó. Ahora, cuando está tan asentada, no se puede hacer nada. La falta de respuesta, o la lentitud en la misma es grave en el caso de las especies invasoras. No actuar por falta de fondos no es buena decisión, pues los impactos superarán con creces los presupuestos para evitarlos. En el caso de Rugulopteryx aún queda mucho tramo de litoral sin invadir, donde se puede y se debe actuar para evitar consecuencias sobre la pesca y las playas.

¿No hay manera de erradicarla? ¿Es una fatalidad?

En el Estrecho ha habido otras especies invasoras previas. La llegada de Rugulopteryx ha significado la aparente regresión de la invasora anterior, el alga verde. No sabemos qué pasará con el alga asiática. Pero ahora mismo erradicar una especie que ocupa hectáreas y un rango batimétrico desde la superficie hasta cotas por debajo de 30 metros no es factible. Hay que estar pendiente de que si rugulopteryx desaparece no sea porque llegue otra invasora, que se encontrará un ecosistema aún más debilitado y deteriorado. Tenemos una oportunidad y responsabilidad donde la especie no está. La prevención es la mejor de las inversiones. ¿Estamos haciendo algo para evitarlo? ¿Cumplimos el convenio internacional sobre aguas de lastre para evitar que las especies se sigan introduciendo? Ahí existe una responsabilidad muy grande de las administraciones.

¿Cómo prevenirlo?

La detección temprana es fundamental. Cuando hay pocos ejemplares en un sitio determinado aún se puede erradicar. Por eso es importante que la administración sea rápida. Seis meses para una especie invasora son hectáreas de superficie ocupada. Si vemos el impacto económico que puede tener el alga asentada en todo el tramo que predice el modelo invertiríamos muy rápido en evitar su extensión.

¿Cuáles son los peores efectos que ha detectado su estudio?

Altamirano, con un ejemplar del alga

La valoración del impacto que realizamos fue, por un lado ambiental. Ésta es muy evidente: hay una pérdida de diversidad masiva: uno mete la cabeza debajo del agua y se encuentra un prado de rugulopteryx acompañada de otras invasoras donde antes había un vergel de especies nativas. Pero además hay un claro impacto económico en la actividad pesquera. Para analizarlo contamos con la ayuda de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores.

Nos salió una cifra cercana al millón de euros, comparando las capturas de enero a septiembre de 2019 con las de 2018. Pero el monto puede ser mucho mayor. Nos faltó información y no pudimos valorar el daño en las artes de pesca o los jornales necesarios para limpiarlas.

También hay que contar el dinero que invierten los ayuntamientos afectados por los arribazones en las playas. Hablamos de unos 400.000 euros por retirar 10.000 toneladas de material fresco. Esto se va a seguir repitiendo este verano, multiplicado seguramente porque el alga continúa su expansión aunque por culpa del confinamiento hemos podido estudiar menos la evolución.

¿Por qué no llega hasta Huelva?

Huelva presenta fondos arenosos en su mayoría, que parecen no ser susceptibles de ser invadidos. Pero el alga sigue extendiéndose. Conocer su biología es imprescindible para su gestión, pues podría indicarnos cuáles son sus momentos más agresivos o las condiciones ambientales que la debilitan. Hacen falta proyectos de investigación. Cuando hay una guerra, necesitas conocer las fortalezas y debilidades de tu enemigo para no dar palos de ciego. La Rugulopteryx es un enemigo bajo el agua, pero aún desconocemos todo de ella. Y está en el inicio de su expansión; no podemos esperar que se pare sola.

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