VIOLACIONES

Málaga implanta un protocolo contra las violaciones con burundanga

Se incluyen también las víctimas de robos o extorsiones «bajo sumisión química» en unas actuaciones que unen el trabajo de médicos y forenses

Hospital Costa del Sol ABC

J.J. MADUEÑO

La soldado de Antequera presuntamente violada por sus compañeros de cuartel, tras ser drogada, es el último caso mediático de agresión sexual con sumisión por narcóticos en Málaga. Es sólo uno de los episodios que se pueden encontrar en la provincia. La Costa del Sol es uno de los puntos negros de este tipo de delitos, según el Ministerio de Interior. Por esta razón, en el hospital comarcal de Marbella se desarrolló un protocolo pionero en Andalucía el año pasado, para detectar las violaciones con burundanga y otro tipo de drogas usadas para limitar la conciencia de las víctimas . Ahora la Consejería de Salud lo extiende a los hospitales de la provincia.

Este «Procedimiento de Coordinación Provincial de Actuaciones en Agresiones Sexuales» se instala en el Materno Infantil y Virgen de la Victoria en la capital, en Antequera, hospital de la Axarquía en Vélez-Málaga y en el hospital de la Serranía de Ronda. Se marcan las pautas a seguir ante las agresiones sexuales con una toma de muestras orientada a la detección de sustancias de «sumisión química» , como es la conocida como burundanga. Son drogas que anulan la voluntad de las personas que las consumen dejándolas a merced de las órdenes de sus agresores y con un vago recuerdo de lo sucedido.

Este tipo de narcóticos facilitan las agresiones sexuales, por lo que se desarrolló en 2017 este protocolo que ha funcionado desde entonces en el hospital Costa del Sol y que ahora se exporta a otros centros sanitarios para que los doctores, junto al personal forense del Instituto Médico Legal , se centren en los síntomas que lleven a pensar que se han usado estas drogas en una agresión. Este tipo de actuaciones también se ponen en marcha para víctimas de otro tipo de delitos como robos o extorsiones.

Intervención urgente

Este protocolo va dirigido fundamentalmente a la actuación en la atención a mujeres de 14 años o mayores, víctimas de agresiones y abusos sexuales con contacto corporal por considerar que precisan de una intervención específica y urgente por parte de los servicios sanitarios. Las líneas de actuación son extensibles a otras formas de violencia sexual ejercidas sobre varones o menores y se desarrolla en una estrecha coordinación con el estamento judicial , ya que es un delito que va a requerir de la actuación pericial del médico forense.

Se describen las líneas de actuación para los profesionales sobre el abordaje conjunto clínico y forense de la víctima, estableciendo una secuencia de actuaciones en cuanto a la exploración y la toma de muestras. Se tiene en cuenta la entrevista clínica con la mujer agredida, para recoger información que sea relevante en la investigación judicial. Se insiste en la correcta elaboración del informe clínico, en cómo llevar a cabo el parte judicial y en la importancia de la correcta elaboración de la cadena de custodia de las pruebas sobre el posible delito.

Los procedimientos arrancan cuando la persona acude a algún centro hospitalario y expresa que ha sufrido una agresión sexual. Se ponen en marcha todas las actuaciones activando al 112 que, a su vez, avisará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que solicitarán al Juzgado de Guardia la presencia del forense para la actuación conjunta. Cuando la supuesta víctima acude en primer lugar a denunciar los hechos a un puesto policial, desde allí se le derivada a un centro hospitalario.

Tratamiento

Las actuaciones concluyen cuando la víctima es atendida de sus lesiones físicas y estado emocional, se prescribe un tratamiento profiláctico y se establece su seguimiento clínico y socio-sanitario. Antes de marcharse, se le informa de sus derechos, de los recursos sociales existentes y se cumplimentan los documentos oficiales.

En este protocolo se incluye una serie de instrucciones para los centros de salud que detecten alguna víctima. Se tiene en cuenta que los pequeños consultorios son un espacio favorable para detectar y prevenir la violencia de género. Especialmente las unidades en las que las mujeres cuentan con mayor intimidad, como las consultas de seguimiento al embarazo, de enfermedades de transmisión sexual o de salud mental.

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