CULTURA

Indignación en Málaga por el ataque feminista al verso de Aleixandre en un mural

El dibujante Idígoras, obligado a borrar un «graffiti» ante las críticas por un verso que incluía la palabra «hombre»

El mural de Ángel Idígoras en Málaga antes de ser borrado. En la esquina superior derecha, el verso ABC

F. del Valle

Una pared en blanco es el premio a la incultura . Donde hace dos días lucía un bello «graffiti» del conocido dibujante Ángel Idígoras titulado «La esquina de los besos» ahora sólo queda un muro pelado y mondado. El ataque de una —al menos— feminista tan obtusa como recalcitrante ha hecho que las calles de Málaga hayan tenido que prescindir de una obra que el artista había realizado de manera altruista por colaborar con una asociación del barrio de Lagunillas.

¿Cuál había sido el fatal pecado de Idígoras? Incluir en el «graffiti», inspirado en la famosa fotografía «El beso» de Robert Doisneau, un verso del premio Nobel sevillano Vicente Aleixandre , con esa muestra de cariño también como referente. «La memoria del hombre está en sus besos» , escribió, tomando el primer verso del poema «Los besos dados».

El genial escritor de la generación del 27 pudo usar el masculino genérico sin problemas. Pero los nuevos tiempos dictan otras normas. «Y la memoria de las mujeres, ¿dónde está?» , escribieron en letras moradas en pleno mural apenas dos semanas después de que se estrenara. El humorista gráfico se había «ganado» el insulto al lado de su rúbrica. «Machirulo», le pusieron para completar la arremetida, utilizando así el término que pusiera de moda en el Congreso la dirigente de Podemos Irene Montero.

En un primer momento, Idígoras pensó en borrar sólo el verso de la polémica . Pero más tarde cambió de idea y el martes tapó de blanco lo que antes era un bello dibujo . «Ya no hay mural. Perdón a los que haya molestado el verso —luego aclaró que la petición de perdón era «postureo»— aunque no lo entiendo. Nunca esperé que un beso fuera polémico y antes que borrar a Aleixandre, prefiero borrar todo, no importa . Espero que dejemos esto ya y nos pongamos a hacer otras cosas bonitas», se justificó en su cuenta de Twitter.

Así ha quedado la pared en blanco tras el borrado del mural ABC

En esa misma red social la indignación fue creciendo en cuanto se conoció la noticia . Numerosos usuarios, respetando la postura del artista, censuraban que hubiese terminado cediendo a la sinrazón ultrafeminista.

«Has cedido al radicalismo de la izquierda ultra . Sigamos dando pasos atrás en la libertad de expresión y de uso del espacio público», espetaba un tuitero. «Basta de ceder por miedo. Eso es precisamente la fuente de su poder, las cesiones por miedo», pedía otro, mientras que en otra cuenta se podía leer «Si te rindes se lo pones en bandeja a los ignorantes e ignorantas...un paso más que van a dar en su lucha por la destrucción de la cultura».

También desde la izquierda se censuró lo ocurrido. La propia subdelegada del Gobierno, la socialista María Gámez , entraba en la polémica. «Nos hemos perdido dos obras de arte, la tuya -le escribía a Idígoras- y la de Aleixandre, con lo escasos que estamos de ella. Una pena y un sinsentido».

También el portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Málaga, Eduardo Zorrilla , criticaba abiertamente lo sucedido. «Una desgracia para Málaga que desaparezca el mural de @angel_idigoras, que embellecía un área muy deteriorada de la ciudad, por la censura de quienes juzgan, y condenan, un verso de Aleixandre de otra época con los criterios de esta». «Sé muy bien cómo se las gastan los intolerantes y sectarios. Qué lástima. Y no sólo me refiero a tu mural», escribía el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá.

Pero el dibujante lo tiene claro. «Borrar el verso sería aceptar su censura. Dejarlo, permitir el insulto público a Aleixandre. ¿Ir cada día a borrar las pintadas? , imposible», remachó la polémica.

«Si no quieres ver tu obra expuesta, métela en un museo y que lo vigile un guarda»

Sin embargo, hubo también quien desde el feminismo salió a defender la acción que ha terminado con el mural. Hubo quien lo denominó «conversación». «Lo inteligente habría sido contestar con un segundo verso a la pregunta legítima de "dónde está la memoria de las mujeres"», escribía una tuitera.

Mucho más drásticos fueron desde el ámbito de La Casa Invisible , el colectivo supuestamente cultural que lleva una década «okupando» un palacete de propiedad municipal en el centro de Málaga. El escritor Santi Fernández Patón , miembro de este grupo, le espetaba a Ángel Idígoras en Facebook que si no quería que su obra estuviese expuesta a «algo así, mételo en un museo y que lo vigile un guarda». «Me las doy de artista callejero pero si alguien mancilla mi obra me arrebato y la borro», criticaba.

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