Huevo de Toro: reencontrarse con el tomate

Esta variedad, típica de una comarca de Málaga, puede llegar a pesar un kilo y venderse a más de 2.500 euros el lote

Tomates de Huevo de Toro I. Ruiz

Isabel Ruiz

«Este tomate no sabe a tomate» es una de las frases más repetidas cuando se degusta este alimento que, si es bueno, con tan solo un poco de sal ya está perfecto. Los grandes productores priman la rentabilidad y durabilidad del producto, dejando a un lado las características sensoriales de esta fruta pero, en la comarca malagueña del Valle del Guadalhorce , aún hay agricultores fieles a que el tomate sepa, a lo que es, a tomate. La variedad Huevo de Toro es una de ellas; no defrauda en el paladar, y los primeros lotes de la cosecha ya están a la venta.

Al probar el Huevo de Toro hay críticos gastronómicos que han reconocido «su reencuentro con el tomate» . Cremoso, carnoso, equilibro entre el dulzor y la acidez, sin apenas semillas y de piel fina. Una coctelera sensorial que hace de esta variedad un producto único y gourmet. Una de las técnicas del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) del Valle del Guadalhorce, Margarita Jiménez, explica que esta explosión en boca es, en parte, a que la mata de esta especie da entre siete y ocho kilos frente a los trece o catorce del tomate común, «lo que hace que se concentren los azúcares, polifenoles, sustancias aromáticas y por eso sensorialmente es un tomate que destaca».

Con las primeras cosechas ya en el mercado, desde el GDR confían en que la recolecta no sufra ningún inconveniente. Hasta el momento, aunque aún es pronto, la promoción parece que será buena, por lo que los agricultores ya tienen marcado en sus calendarios el 15 de agosto, día en el que se celebra el tradicional Concurso al Mejor Tomate y la subasta del lote ganador. Varios profesionales de la gastronomía catan cada año el producto, buscando y encontrando la exquisitez.

En la edición de 2018 el precio del laureado alcanzó los 2.700 euros, siendo la mitad del importe donado a la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Coín, entidad que también obtuvo los beneficios de la venta del resto de tomates presentados al concurso. Esta variedad es cada vez más perseguida por los hosteleros malagueños, quienes se han comenzado a dar cuenta del potencial de sabor que aportan a sus platos. Aunque no es el único beneficio, pues «nutricionalmente son más interesantes» , asegura Jiménez, quien explica que contienen «más polifenoles, más vitaminas y más antioxidantes».

Una variedad casi extinguida

Su piel fina y «poco aguante» en la cadena de reparto hizo que la rentabilidad del Huevo de Toro se esfumase. La poca demanda hizo que la mayoría de agricultores del Valle del Guadalhorce se dedicasen a otros cultivos, como la naranja, disminuyendo considerablemente las familias que producían esta variedad más allá que para el consumo propio. Hace siete años el Grupo de Desarrollo Rural apostó por revalorizar el producto y promocionar el sello de calidad. Pese a no haber muchas plantaciones profesionales, ahora hay más de 2.000 familias dedicadas al Huevo de Toro en la comarca.

Los García Díaz de Coín son una de ellas. En su finca, ubicada en Coín, tienen unas 1.300 matas a las que la familia dedican tiempo y cariño durante todo el año. La temporada acaba de comenzar y dura, aproximadamente, hasta septiembre pero el resto del año «hay que preparar la tierra» para el cultivo, asegura Pedro, que ayuda a su padre Salvador con la huerta siempre que puede. Igual que Pedro, hijo de Pedro y nieto de Salvador, quien aprovecha en las vacaciones para arrimar el hombro y empaparse de la cultura del campo.

Familia Díaz García en su finca de Coín I. Ruiz

En cada claro de la finca hay una mata de tomates. Aquí aprovechan cada centímetro de tierra fértil para sembrar. Al aire libre, como debe ser el Huevo de toro. Salvador los deja madurar en la mata y los va recogiendo cuando ve que están perfectos para comercializarlos, es entonces cuando baja hasta el pueblo y los vende a un almacén. Les dedica horas y mimos. Paqui, su mujer, le echa en cara entre risas que «quiere más a las matas» que a ella y que en verano no se acuerda de nada más que de sus tomates.

Por la finca corretean dos perros, se pierden entre las matas y los naranjos. María, nieta de Paqui y Salvador, niega que le gusten los tomates por eso quiere que sus abuelos se dediquen a la naranja. Pero la llegada de este cítrico con sello marroquí al mercado español ha hecho que muchas familias del pueblo declinen su cultivo a otros como el Huevo de Toro, que se está comercializando a dos euros el kilo .

Un tomate gourmet y sensible que está «buenísimo». Al corte se aprecia ya su jugosidad y la poca cantidad de semillas que contiene en su interior. Un beneficio en boca y un hándicap a la hora de reproducirlos, por lo que no se dan en grandes cantidades y, a su vez, limitados por la zona del cultivo. Las condiciones climatológicas del Valle del Guadalhorce hacen única a la comarca, que es rica en agricultura, por lo que esta variedad de tomate no se da en ninguna otra parte del mundo.

Si se llevasen las semillas a otro lugar, saldría un tomate con unas condiciones diferentes. Al igual que con las aceitunas o la uva para los vinos. Por ello, desde el GDR animan a los hosteleros malagueños a apostar por el Huevo de toro y sus múltiples beneficios nutricionales y sensoriales, además de que sigan las actividades que se van a llevar a cabo hasta el fin de la temporada para promocionar el producto.

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