Costa del Sol

La empresa de aguas que compraba trompetas a las cofradías

Un juez ya cuestionó la «oportunidad» de los gastos del socialista José Bernal al frente de Acosol

José Bernal, con el alcalde de Torremolinos y Pedro Sánchez en la Feria de Sevilla JUAN JOSÉ ÚBEDA

Fernando del Valle

Acosol invirtió en publicidad en el año 2008 43.716 euros ; un año después, de manera coincidente con la llegada de José Bernal, la cifra que salió de su caja se disparó hasta los casi 190.000. Buena parte de ellos finalizó en empresas afines y con una evidente ligazón con el Partido Socialista. Incluso se publicitó en territorios como Torremolinos, donde Acosol no presta servicio. Y siempre, según denunció entonces el PP, utilizando esos medios como herramienta de promoción personal y descrédito hacia las políticas de los populares .

Pero hay más. Como adelantó ABC, durante el mandato de Bernal la empresa de aguas dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental patrocinó, casi exclusivamente en Marbella, a casetas de feria, peñas flamencas y veladas de boxeo o de «kickboxing». Incluso se le llegaron a comprar dos trompetas a una cofradía de la misma localidad en la que Bernal terminó siendo alcalde en 2015, tras pactar con los independentistas de San Pedro Alcántara y la marca blanca de Podemos que entró en el Consistorio marbellero.

Este tipo de acciones, muy alejadas del objeto social de la compañía, ocurrió cuando además Acosol llevaba desde 2004 en situación de pérdidas. Y por ello motivó que en 2011 cinco ayuntamientos de la provincia de Málaga gobernados por los populares (Benahavís, Benalmádena, Fuengirola, Marbella y Torremolinos) presentasen una querella criminal contra el entonces consejero delegado , al que imputaban los delitos de malversación de caudales públicos, financiación ilegal de partidos, societarios, prevaricación y contra la hacienda pública.

En plena crisis económica

Un juez de Marbella archivó pronto aquella querella , por entender que los hechos relatados no constaban de «entidad suficiente para que pudieran tener relevancia penal». No cabe considerar, afirmó el magistrado en su auto desestimatorio, «que cualquier dispendio de fondos públicos, desgraciadamente muy frecuentes en el ámbito de nuestras administraciones, sea constitutivo de un delito de malversación». Por eso, instaba a los querellantes a que si lo deseaban formularan acciones legales «en otras instancias».

Sin embargo, en ese escrito sí que se llamaba la atención sobre la idoneidad de los dispendios. El juez afirmaba entonces que podría ser « cuestionable la oportunidad o conveniencia» de muchos de esos gastos. Entre otras cosas por el «momento de precariedad económica» en el que se habían producido. Finalmente, aunque los consistorios recurrieron, la Audiencia de Málaga tumbó definitivamente aquel procedimiento.

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