LENGUAJE INCLUSIVO

Vox pide que los libros de texto andaluces se adecuen a las normas de la RAE

Pregunta al consejo de gobierno si adoptará medidas frente a las instrucciones feministas del anterior ejecutivo socialista

Javier Imbroda, consejero de Educación de la Junta de Andalucía ABC

Javier López

El diputado de Vox en el Parlamento andaluz Manuel Gavira ha preguntado al consejo de gobierno de la Junta si adoptará medidas para garantizar que los libros de texto de la comunidad autónoma se adecuen a las normas establecidas por la Real Academia Española (RAE), institución que desaconseja la utilización oficial del lenguaje inclusivo . La pertinencia de la pregunta se deriva de las instrucciones feministas aprobadas el 14 de junio de 2018 por un órgano de la Consejería de Educación.

En concreto, la Dirección General de Participación y Equidad de la Dirección General de Ordenación Educativa aprobó ese día una serie de instrucciones que tenían como objeto establecer criterios para la selección de libros de textos, fundamentados en el cumplimiento de los principios igualitarios de coeducación. Esto es, «en evitar la reproducción de perjuicios culturales o estereotipos sexistas ».

Las instrucciones aprobadas en este sentido por el anterior Gobierno autonómico, del PSOE, tenían como fin, asimismo, evitar que los libros escolares reflejen « situaciones de desigualdad entre hombres y mujeres ». También «contribuir a la erradicación de la violencia machista y poner de relieve la diversidad sexual y de modelos de familia, así como mostrar la aportación de las mujeres al desarrollo de las sociedades y de la cultura».

Por esta razón, el procedimiento de selección de libros de texto partía de la eliminación de «cualquier situación de sexismo o machismo encubierto que presente a las personas como inferiores o superiores en dignidad humana en función de su sexo o como meros objetos sexuales o de consumo». Otro objetivo era erradicar «situaciones que justifiquen, banalicen o inciten a la violencia contra las mujeres».

En función a las instrucciones, los libros, si se mantienen bajo el mandato de PP y Ciudadanos, han de utilizar un lenguaje inclusivo y no sexista que designe de forma equitativa a hombres y a mujeres, por lo que deben de « evitar la utilización del masculino genérico» . Y en los casos que incluyan imágenes, estas han de «garantizar la presencia equilibrada de varones y mujeres, así como la diversidad de personas en cuanto a edad, vestimenta, prácticas sociales y profesionales, aspecto físico, origen étnico o cultural, o identidad sexual».

El reconocimiento de diversos modelos de familias (nuclear, monoparental, extensa, homoparental u otros tipos de familias) es otro de los criterios de la norma socialista, que propone evitar las discriminaciones y fomentar las relaciones igualitarias y el respeto a la libertad personal. También dar un tratamiento adecuado de aspectos de diseño gráfico como el uso no diferenciado de colores, tamaños de imágenes, encuadres y planos a la hora de representar a hombres y mujeres.

Los libros de texto deben, asimismo, si la Consejería de la que es titular Javier Imbroda aplica las instrucciones, destacar la aportación de las mujeres, tanto las singulares como las anónimas, a los distintos campos de la actividad humana, así como del trabajo que tradicional e históricamente ha realizado la mujer y su contribución al desarrollo de las sociedades.

El contenido de los libros debe, a tenor de las instrucciones, ofrecer un tratamiento similar de los datos biográficos de hombres y de mujeres , así como de sus descubrimientos y aportaciones, acordes a su importancia y con independencia del sexo de quienes los aportan. También mostrar las aportaciones de las mujeres en los distintos ámbitos sociales y culturales a lo largo de la historia e incorporarlas a los contenidos de las distintas áreas.

Durante su mandato, el Gobierno socialista estableció también que los libros de texto deben contener información sobre los feminismos y sus aportaciones a la igualdad y al desarrollo social. Y ofrecer un tratamiento crítico sobre la cultura imperante construida sobre la imposición de un referente masculino como universal, por cuanto jerarquiza las diferencias «al asignar un desigual valoral ser hombre y al ser mujer », y las convierte en una fuente de desigualdad y discriminación.

La incorporación de la perspectiva de género a los análisis de los contenidos tradicionales, mediante la proposición de nuevas líneas de pensamiento y actuación que contribuyan a un futuro igualitario y sin violencia también forma parte de las instrucciones, al igual que la aportación de referentes de ciudadanía que, de manera implícita o explícita, supongan avances en igualdad de derechos , tanto en el ámbito público como en el privado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación