Rocío Chico 2018: Almonte cumple el mandato de sus mayores

Como cada 19 de agosto desde hace 205 años, los vecinos de la Villa consuman el compromiso eterno que adquirieron con la Virgen del Rocío por su intercesión y protección ante la amenaza de los invasores napoleónicos.

En la Función Principal de Instituto , presidida por el arzobispo castrense de España Juan del Río Martín, se ha dado lectura al relato de los hechos acontecidos en 1810, cuando el pueblo de Almonte se levantó contra la imposición de las tropas francesas que habían ocupado el municipio, generando la ira de los invasores que ordenaron pasar a cuchillo a sus vecinos. Tras salir airosos de aquella situación crítica, Almonte prometió «para siempre jamás» pasar junto a la Blanca Paloma estas fechas.

El arzobispo, en su homilía, ha realizado un símil entre el peligro que en aquellos días acechó al pueblo de Almonte y la «amenaza a la vida humana, a los pilares de la fe» que «desde el secularismo y desde la militancia de muchos apóstatas» padece «el hecho religioso». «El Señor nos llama a una profunda conversión de vida cristiana», ha advertido Del Río, quien ha alabado el «mérito» que tiene Almonte por conservar una tradición como la del Rocío Chico .

Al finalizar el servicio religioso, la Fundación Santo Súbito ha hecho entrega a la Hermandad Matriz de Almonte de un busto de San Juan Pablo II , en conmemoración por el XXV Aniversario de la visita que el Santo Padre realizó a la aldea almonteña, «una visita de consagración del fenómeno del Rocío», como ha señalado el arzobispo. El presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales , ha agradecido el obsequio en nombre de la Hermandad y del pueblo de Almonte.

A continuación, se ha procedido a celebrar la Procesión Eucarística por el itinerario tradicional, un acto que al igual que la misa, ha contado con una importante participación.