¿Por qué se reparten habas en Las Ermitas?

En la sierra cordobesa hubo ermitaños hasta 1957. Una zona, por entonces, dedicada al retiro espiritual y hoy cargada de historia, que la Asociación Amigos de las Ermitas -cuyo trabajo desde 1983 va más allá de la reforma del entorno- quiere dar a conocer a la ciudadanía. Es por esto por lo que cada abril reparten habas en su fiesta en honor a la Señora de Belén.

Las «habas de Las Ermitas», como popularmente se conoce a esta fiesta, rememora la costumbre de los ermitaños de dar un plato de comida a los necesitados que a la hora del almuerzo subían la Cuesta del Reventón para lograr algo con lo que llenar el estómago.

Entonces, salvo muy raras excepciones, la comida consistía en el clásico potaje de habas de la propia cosecha de los eremitas, que era repartido en unos librillos de barro en los que depositaban una ración para cuatro comensales.

Actualmente, la tradición continúa y es el momento cumbre del día grande de Las Ermitas cordobesas. La cita es el domingo siguiente al de Resurección y siempre sigue la misma senda: tras la celebración de la eucaristía a pies del Sagrado Corazón de Jesús se reparte entre todos los asistentes un enorme perol de habas, cómo no, en sus tradicionales cazuelas de barro.